La Policía Nacional detiene a dos hombres y una mujer detenidos que explotaban sexualmente a mujeres en un piso.
El pasado martes, agentes de la Policía Nacional en Palma, detuvieron a tres personas, dos hombres y una mujer, como presuntos miembros de un grupo criminal dedicado a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual.
Los presuntos autores eran tres integrantes de una red de trata de personas que explotaba sexualmente a mujeres de origen sudamericano en un municipio de la zona del Raiguer en Mallorca.
La investigación comenzó tras la denuncia de una mujer, quien logró escapar del piso donde era explotada y acudió a la Policía en Manacor. Según su testimonio, fue reclutada en su país, donde se encontraba en una situación especialmente vulnerable, ya que debía cuidar a su familia y reunir dinero para el tratamiento médico de su padre.
La reclutadora, conocida de la víctima, le ofreció la posibilidad de venir a Mallorca a ejercer la prostitución en unas condiciones muy ventajosas y con oportunidades de hacer mucho dinero, lo que le ayudaría en su difícil situación.
Una vez en Mallorca fue recogida en el aeropuerto por uno de los integrantes del grupo y conducida al domicilio donde se ejercía la prostitución. Una vez allí le retiraron el pasaporte y la obligaron a prostituirse las 24 horas del día, incluso durante su período menstrual, bajo amenazas, llegando incluso a amenazarla con un machete de grandes dimensiones.
Las víctimas explotadas vivían en condiciones deplorables en el domicilio donde se ejercía la prostitución, durmiendo en el salón del mismo piso y compartiendo espacio con sus explotadores.
El inmueble, convertido en un burdel clandestino, estaba equipado con cámaras de seguridad en la entrada de la finca y del piso, lo que permitía a los explotadores vigilar en todo momento los movimientos de las víctimas y los clientes.
Solo se permitía la entrada a quienes concretaban previamente un servicio sexual a través de una página web gestionada por los detenidos. En ella, se exhibían fotografías de carácter erótico de las mujeres obtenidas bajo coacción para captar clientes.
Los explotadores abrían la puerta del edificio únicamente a los clientes que habían reservado, manteniendo un régimen de aislamiento sobre las víctimas.
Uno de los detenidos era conocido por su violencia y era pareja de la mujer, encargada de captar a las víctimas mediante engaños y promesa de una vida mejor. El tercer miembro del grupo era el responsable de trasladar y vigilar a las mujeres cuando solicitaban servicios fuera del piso.
En el dispositivo han participado Grupo 1 de UCRIF, en colaboración con el Grupo de Extranjería de la Comisaría de Manacor y la Policía Local del municipio donde se encontraba el piso.