Una de las leyendas de los indios americanos habla del ‘atrapasueños’. Es un aro cubierto de piel de búfalo del que se cuelgan plumas del águila que nunca voló. Huesos de caza, talismanes y piedras brillantes protegen el sueño de los niños. Aquí tenemos algo, alguien, más real. José Antonio Rodríguez empezó su vida profesional a los 14 años como mozo de almacén en un supermercado. Ha sido peón de albañil, ha pasado por la banca y ha hecho todos los cursillos habidos y por haber. Ha sido ayudante de gerencia, jefe de taller, jefe de ventas, director comercial, director ejecutivo de grandes cuentas y gerente. Son 40 años de vida profesional. Y es el presidente de Unitiva, donde los sueños pueden hacerse realidad.
Rodríguez trabaja como interventor de Fincas, porque Unitiva es completamente altruista y las facturas no se pagan solas. “Mi Familia trabaja conmigo en todos mis proyectos, y en cualquier intervención están todos conmigo”, dice. “La experiencia es la oportunidad más grande que puedes ofrecerle a un joven, y la experiencia no la regalan. Por eso me gusta este trabajo y me apasiona, igual que la naturaleza y las plantas, a los que dedico con mi familia el poco tiempo libre que me queda. Me gusta el jardín y me gusta el pádel, me gusta caminar por la naturaleza en familia y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, cosas que nos pasan desapercibidas por el día a día”, asegura.
Por eso le gusta su trabajo y le apasiona ayudar a los emprendedores, porque las pequeñas felicidades de la vida te las da el esfuerzo y la satisfacción de las cosas bien hechas. “Unitiva no es un asociación empresarial sin más, es una entidad profesional integrada por autónomos y pymes, en la que prima la máxima de ‘Juntos somos más fuertes’ y se trabaja en equipo por el bien común”, dice José Antonio.
A este administrador de fincas le propusieron, hace dos años, montar un equipo que canalizara las sinergias de los emprendedores, y potenciara además las acciones de pequeñas y medianas empresas. “Los principios siempre son muy duros”, dice. “Nos dimos cuenta de que era imprescindible tener una figura jurídica, así que montamos la asociación. Seguimos luchando día a día por difícil que parezca, o por difícil que sea. Primero nos catalogaban como una asociación más, pero somos más que eso, somos cercanos y activos, porque con cada emprendedor, con cada autónomo, con cada pequeña y mediana empresa, luchamos de la A a la Z”.
Muy grandes como personas y como profesionales
Hoy en día Unitiva se expande incluso fuera de las islas, porque su sistema es pionero en el mundo empresarial y de la emprendeduría. “He trabajado con más de 100 autónomos de los que se han caído muy pocos. Buscamos siempre que sigan funcionando y tocamos todos los sectores. Yo he pasado por todos los puestos de dirección, lo que me ayuda a tener una visión muy real a la hora de fundar y poner en marcha las diferentes empresas. Muchos de los aprendices que tuve siendo niños son hoy directores de grandes cadenas. Hay que permitir a las personas que se realicen y que crezcan profesionalmente”, explica José Antonio.
“Hoy en día lo que nadie hace es escuchar, y es lo que hay que hacer. Las personas, porque antes que emprendedores son personas, necesitan ser escuchadas, y después asesoradas. Si seguimos estos sencillos pasos, simplemente, podemos resolver muchos de los problemas que parecen sin solución”, asevera. Y tiene mucha razón.
“Nos diferencia, porque nos empeñamos en ello, la cercanía con las personas. Yo disfruto con cada paso que damos de la mano, me gusta tratar con la gente y hacer realidad sus sueños. Hemos conseguido hacer realidad el sueño de familias y particulares. Llevo más de 25 años luchando para que el pequeño comercio no desaparezca. Cada negocio que se abre es una satisfacción, cada uno que se cierra es una desilusión”, dice Rodríguez.
“En Unitiva, con un equipo directivo y 160 empresas asociadas, he conseguido que se tomen nuevas perspectivas en todos los ámbitos, que sean realidad el coworking y el networking, que se regularicen las comidas empresariales para el intercambio de ideas y tarjetas y afianzar el Departamento de Emprendedores, que tutelo personalmente desde que entran por esa puerta hasta que los veo convertidos en empresarios de éxito”, explica Rodríguez.
Nuevas iniciativasDesde el inicio de Unitiva, Rodríguez y su equipo tutelan las ideas factibles (tras un estudio de mercado), hasta el proyecto, el Plan de Empresa, la financiación y el éxito. “Estudiamos muy bien la dimensión particular de cada emprendedor y estamos día a día con ellos, con las personas. Actualmente trabajamos con varias ideas, entre ellas conseguir una de las grandes naves que están cerradas en el Polígono de Marratxí para ubicar boxes donde los mecánicos que se han quedado fuera del sector por la crisis puedan trabajar en vez de estar en la calle o en el garaje de su casa. Para ello estamos firmando convenios tanto con el Centro Empresarial de Mallorca como con el Ayuntamiento de Marratxí. Otra de las propuestas es la de montar almacenes individualizados en alquiler para los emprendedores que no se pueden costear el arrendamiento de grandes naves”, dice.
“Es importante, vital, enseñar y aceptar que el alumno puede (o debe) superar al maestro. Un líder debe saber dirigir, conducir y sacar lo mejor de su equipo”, dice. “Me gustaría dedicarme a esto plenamente, pero las circunstancias te obligan a seguir trabajando. Yo quiero seguir haciendo lo que hago y ojalá pudiera dedicar a los demás todo mi tiempo. Puedo decir que actualmente estamos ayudando a más de 30 personas, personas que implican empresa y que, en el futuro, pueden crear puestos de trabajo”, expone Rodríguez.
La ‘Ventanilla Única’El Centro Empresarial de Marratxí funciona a modo de ‘Ventanilla Única’ para emprendedores, profesionales y empresarios. Tras un convenio con el ayuntamiento para el fomento de la actividad empresarial en el municipio, un grupo de expertos profesionales atienden de forma personalizada las demandas y consultas de los residentes con ideas de negocio, o con negocios ya consolidados.
“Los emprendedores se acercan a la Administración buscando soluciones, y los mandan a veinte sitios diferentes. La burocracia es interminable. Aquí, desde la primera entrevista ya sabemos su lista de necesidades y salen de aquí ‘llave en mano’. La Ventanilla Única implica escuchar mucho, preocuparse de las pequeñas y grandes cosas de cada uno. Hay que analizar la situación de cada persona para que su perfil encuentre un éxito”, dice José Antonio.
Atención continuada“Queremos conseguir al menos un empleado que atienda al cliente de manera continuada, todos ponemos nuestro tiempo”. Asesoría fiscal y de finanzas, asesoría laboral, jurídica, de marketing, sobre protección de datos… Al asociarse a Unitiva, se accede a los servicios de un equipo de asesoría fiscal, contable y jurídica, a un equipo de consultores en marketing, a una cartera de arquitectos, ingenieros y jefes de obra, a toda una red de profesionales (carpinteros, fontaneros, electricistas…), especialistas en software de gestión, acceso a consultoría de franquicias, diagnóstico y gestión integral de cobros, coaching… “Trabajamos por y para el empresario y somos la única asociación empresarial totalmente independiente y de ideología apolítica. Estamos aquí para apoyar al empresario y ayudarle a hacer realidad sus proyectos, así que lo único que pedimos son oportunidades”, expresa el presidente.
Marratxí cuenta con una bolsa de trabajo propia, la Agencia de Colocación, que gracias a diferentes convenios con empresas adheridas trabaja para aumentar la ocupación entre los residentes en situación de desempleo. “Me preocupan especialmente las mujeres de más de 35 años, es un sector que necesita que se haga algo. Hay una serie de colectivos que están dejados de la mano de la sociedad y de la Administración. Hay que programar cursos específicos para que mujeres fuera del mercado laboral en los últimos años (por maternidad o por cualquier otra causa) y hombres de entre 40 y 55 años con una larga trayectoria que se ven en la calle de la noche a la mañana se pudieran actualizar profesionalmente y acceder a un empleo. Se trabaja poco con ellos y es necesario prestarles mayor atención”, expone el presidente.
La Segunda Edad tiene agrupaciones culturales, de baile, de excursionismo y de muchas cosas lúdicas. Pero hay poca salida laboral entre los 35 y los 55 años. Es cierto que este colectivo necesita una atención especializada. “Me rebela que hagan sentir a las personas que no sirven para nada, porque eso es mentira. Todos tenemos muchas cosas buenas y capacidad para corregir las malas. De cada persona intento sacar y potenciar lo mejor, veo lo que puede llegar a ser y lo impulso. No hay alumnos torpes sino profesores incompetentes, lo he dicho siempre y siempre lo he podido demostrar”, dice.
Lo dicho. Muy grandes.
Texto y fotos: Blanca Garau.