Este jueves 16 de abril se estrena en el Teatre del Mar la obra ‘El bon lladre’, que podrá verse hasta el domingo 19 en la piel del actor catalán Josep Julien, al que hemos visto en exitosas producciones como ‘Amar es para siempre’, ‘Cuéntame’, La riera’ o ‘El cor de la ciutat’.
Está escrita por el irlandés Conor Mcpherson en 1994 y es quizá el primer monólogo en el que el autor encuentra la voz que posteriormente lo convertirá en referente de la dramaturgia no sólo británica sino mundial.
En poco más de una hora y en clave de road movie, asistimos a un monólogo interior con formato de thriller que se mueve con soltura entre los ambiguos conceptos del bien y el mal. El protagonista busca la redención de diferentes maneras y siempre con una enternecedora huida hacia adelante. A través de una historia aparentemente sencilla, acompañamos al protagonista en sus intentos por escapar de su destino. Asistimos a sus constantes fracasos y lo vemos enredado en la telaraña en que se ha convertido su existencia. Finalmente ninguno de sus recuerdos serán suficientes para eludir el peso del pasado, que la avanza constantemente en su desesperada carrera impidiéndole encontrar la paz y descansar a la orilla del río de la vida, aquí magistralmente materializado en el frío y torrencial Shannon.
El autor, con gran audacia convierte a un pillo de medio pelo, que acaba de salir vivo de milagro de un tiroteo, en un caballero medieval en busca de un grial imposible y enamorado de una damisela que, evidentemente, acabará significando su perdición. De este modo, el público puede saborear una historia esencialmente existencial y aparentemente sencilla, pero que encierra una gran complejidad.