Internet llegó sin hacer mucho ruido y se ha establecido en nuestras vidas hasta el punto de que se ha vuelto imprescindible para la mayor parte de la población. Todo esto ha traído consigo diversas cosas positivas y negativas a nuestra sociedad, aunque esperemos que sean más las primeras. En lo adverso hay que destacar principalmente la excesiva dependencia que llega a crear en algunos casos y que provoca que se descuiden otros temas laborales y personales, así como la cantidad de contenidos poco recomendables que están al alcance de las personas, cualquiera que sea su edad.
Por el otro lado no se puede obviar el lado eficiente de la Red, donde destaca la cantidad ingente de información “gratuita” que se puede encontrar y un modo de comunicación excelente entre personas de todos los puntos del mundo, ya sean conocidos o no. Y al hilo de esto último, resulta realmente eficaz en poblaciones pequeñas o retiradas que carecen de los recursos y servicios de los que gozan las grandes urbes. Y un aspecto en el que más resalta esto es en el del ocio, acercando a los habitantes de estos núcleos más aislados a otras personas que comparten con ellos gustos y aficiones a través de diferentes clubes online.
En este apartado sin duda se lleva la palma el sector de los juegos. La posibilidad de jugar con otras personas que comparten pasión aunque no se encuentren geográficamente cerca ha dado lugar a fenómenos sociales como los videojuegos en MMO (massively multiplayer online) que mueven legiones en todo el mundo. Lo mismo sucede en juegos que derivan de otras especialidades con más tradición como el póker online, donde incluso pueden crearse clubes privados para disfrutar entre amigos como los Home Games de PokerStars.
Pero este tipo de actividades no son exclusivas de juegos y poco a poco han ido apareciendo colectivos en los que sus miembros buscan el contacto con otras personas con sus mismas aficiones para participar en diferentes actividades. De este modo han nacido plataformas como Quelibroleo.com, un club de lectores con más de 250.000 simpatizantes en Facebook que cada mes leen un libro previamente elegido en votación y sobre el que después comentan la lectura y debaten. Un modo simple y cómodo de buscar cómplices que compartan los mismos gustos y que ni siquiera han de estar necesariamente cerca.
También existen otras elecciones similares aunque más sofisticadas como FodiesClub, un club en esta ocasión de gastronomía, en el que interactúan aficionados a la cocina y profesionales con el fin de compartir conocimientos y experiencias. Este modelo de club tiene un enfoque diferente y sus miembros pagan una cuota anual (39€) que les permite el acceso a su guía de restaurantes especializada y a publicar sus críticas de restaurantes junto a la de expertos profesionales.
El abanico de posibilidades para estos clubes es infinito y en Internet se pueden encontrar asociaciones para actividades de todo tipo que en ocasiones reúnen alrededor de su pasión a personas de todos los rincones del mundo. No cabe duda que una de las virtudes de la Red es ignorar las distancias y eso es un punto a favor para las poblaciones rurales o con menos posibilidades.