Noche de gala con doble expulsión en ‘Gran Hermano’ y arranque de la recta final del concurso, que acabará en la semana de Navidad.
Por mandato de la audiencia, Ricky fue el último expulsado de la edición de los secretos del programa de Mercedes Milá. Tal y como estaba previsto, perdió su duelo con Aritz después de que la conductora confirmase a Marta que ella había sido la concursante con menos votos en contra, en torno a un 6%.
El tipo del sombrero pasó parte de la cuenta atrás junto al canario mientras Marta regresaba con sus compañeros. El orden de acontecimientos siguió su curso y Aritz volvió a la casa poco después y abrazó a Han, que ya había anticipado lo que iba a ocurrir.
Los concursantes recibieron en Guadalix de la Sierra a Jorge Javier Vázquez, que antes había reiterado que Suso era su ganador. Con él encendieron la decoración de Navidad mientras en el plató, sus familiares y amigos elegían al azar los números que iban a poner en marcha la fase para elegir al ganador.
El número 1 fue a parar a Sofía, ya que Maite cogió la caja que lo contenía. El 2 recayó en Han, mientras que el 3 fue para Marta. Biki se hizo con el 4 para Aritz. El 5 acabó en manos de Vera, el 6 en las de Nied y el 7 de la suerte en las de Carlos.
Se abrieron de nuevo los teléfonos, esta vez para que los participantes empezasen a recabar apoyos. La cuenta atrás de 40 minutos era de vital importancia ya que el menos votado iba a abandonar fulminantemente la casa. Sin duda, era una lotería porque el tiempo para votar era tan ajustado que los movimientos de plataformas se neutralizaron. Prueba de ello fue que inesperadamente el expulsado fue Vera. El joven se quedó «de plástico» cuando Mercedes Milá entró de nuevo en la casa a través de la pantalla y dijo su nombre tras la célebre frase «la audiencia ha decidido que debe abandonar la casa…».
La conmoción se apoderó del salón de Guadalix sacudiendo cuan terremoto a sus habitantes. En esta ocasión el deseo de sorprender hizo que no se cumplieran los pronósticos, que apuntaban a que Carlos era el concursante con menos apoyos. Los porcentajes ciegos proporcionados poco después revalidaron la idea de que pudo haber salido cualquiera porque salvo los dos que iban en cabeza, el resto de concursantes contaban con datos muy similares.
En el plató, Ricky respondió a su estilo a las preguntas de una Milá encendida por su comportamiento «animal». Fue el centro de las miradas gracias a su historia con Sofía, que relegó a Vera a un injusto segundo plano. Tal y como ha venido pasando en esta edición, el trato a los concursantes ha estado totalmente descompensado, haciendo que algunas entrevistas se queden en la más mínima expresión y olvidándose por completo del espíritu de otros tiempos en los que el expulsado centraba una gala en la que disfrutaban con vídeos de sus momentos más divertidos, más comprometidos y más tensos a partes iguales.
Los teléfonos están abiertos y el próximo jueves lo seis habitantes de la casa, vivirán nuevas expulsiones en la cuenta atrás hacia el ganador, que según parece será Aritz.
