Con el ejemplo de tantos otros destinos turísticos que lo llevan aplicando hace décadas, el equipo de gobierno de Marratxí se sumaba en pleno (que no por unanimidad) a la necesidad de aprobar, para las Islas, el Impuesto del Turismo Sostenible, la polémica EcoTaxa, para el mantenimiento del medio ambiente y una competitividad necesariamente compatible con la sostenibilidad del territorio.
La moción fue presentada y aprobada por los grupos municipales PSIB-PSOE, Més y Som-Guanyem. La abstención de Neus Serra, regidora del IDMA-El PI, se justificaba porque “debe aclararse el carácter finalista del tributo”. Los populares se mantuvieron firmes en su negativa.
De 0’25 a 2 euros por persona y día
Las bases de la conocida como ‘ecotasa’ grava las estancias en establecimientos de alojamiento hotelero, apartamentos turísticos, alojamientos de turismo rural, albergues y refugios, hostales, empresas turístico residenciales, residencias, pensiones, posadas, casas de huéspedes y campamentos de turismo o camping, y toda vivienda vacacional o residencial susceptible de inscripción, así como el resto de establecimientos o viviendas que puedan tener la calificación de turísticos, igual que a las embarcaciones de crucero turístico que hagan escala en alguno de los puertos de las Islas.
El cliente que se aloja en cualquiera de los establecimientos reglados, de cualquier categoría o condición, debe ser quien merite el impuesto: de 0’25 a 1 euro (según establecimiento y categoría) en temporada baja y de 0’5 a 2 euros en temporada alta.
Pero en realidad quienes deben satisfacer el importe son los titulares de las empresas que gestionan estos alojamientos, viviendas o embarcaciones que alojan a los contribuyentes. Esto siempre según el borrador presentado por el Govern balear.
Fondos para mejorar la oferta
Los fondos recaudados se destinarán a financiar actuaciones que tengan como objetivo la protección, preservación y recuperación del medio natural, rural y marino, la mejora de la competitividad en el sector turístico, el fomento de la desestacionalización, la creación de producto y promoción turísticos, el desarrollo de infraestructuras relacionadas con el turismo sostenible, la recuperación y rehabilitación del patrimonio histórico y cultural, el impulso de proyectos de investigación científica, desarrollo e innovación tecnológica que contribuyan a la diversificación de la oferta y la mejora de la formación y la calidad de la ocupación en el sector turístico.
Por Blanca Garau