Tras levantarse la sesión del último pleno municipal de este 2016 que ya termina, el equipo de gobierno y un buen número de funcionarios se dirigieron a la Deixalleria del polígono industrial de Marratxí para celebrar las fiestas y compartir un buen refrigerio.
El alcalde corporativo, Joan Francesc Canyelles, recordó que estas son las segundas Navidades que puede celebrar como primer edil, asegurando que Marratxí está viviendo nuevos tiempos “cargados de proyectos, iniciativas e ilusiones, un gran reto”.
Canyelles agradeció a los trabajadores, y también al equipo de gobierno, su trabajo y esfuerzo para sacar adelante el día a día del Ayuntamiento, “especialmente a los que muestran una especial dedicación y compromiso”.
Recordó también la escasez de recursos, que la plantilla es insuficiente y que sufren una mala dotación económica, “pero estamos trabajando para cambiar esta situación. Sabemos que el camino será largo y los cambios en la Administración Pública son lentos y complicados”, aludiendo la Ley Montoro y la congelación salarial como ejemplos “que no nos ayudan en nada”.
Reconociendo errores que se deben subsanar, aseguró la mejor de las voluntades para mejorar las cosas y crear un buen ambiente de trabajo, y pidió la colaboración de todos para llevar a buen puerto el proyecto común, “único y global”.
Apelando a la actuación del equipo de gobierno “que en todo momento ha intentado aplicar la coherencia, la igualdad de oportunidades y la transparencia en todas las decisiones”, Canyelles recordó la aprobación del reglamento de Productividad que establece “criterios lo más objetivos posibles para dar una respuesta lo más justa y objetiva a un tema que tanto preocupa a los trabajadores”.
Después del breve discurso, se repartieron cestas con fuentes y cuencos de cerámica a los funcionarios que celebraban 15 y 20 años en la plantilla del Ayuntamiento, y también a los dos trabajadores que se han jubilado en 2016, tras décadas de servicio público.