AECOC, la asociación de empresas de gran consumo, ofrece estas claves para poder hacer la compra de una manera responsable y ayudar así a prevenir el desperdicio de alimentos en los hogares españoles. Son consejos prácticos para evitar, en el consumo doméstico, que 2,9 millones de toneladas de alimentos vayan a parar al fondo de la basura. Esta cantidad representa algo más del 4,5% del total de lo que se compra en los hogares españoles. Estas recomendaciones son:
Planifición del menú semanal
Toda compra responsable empieza por una buena planificación, así que antes de que empiece la semana es aconsejable diseñar un menú semanal. De este modo, evitaremos la improvisación, disfrutando de una alimentación equilibrada y variada, y sobre todo, reduciendo la cantidad de alimentos desaprovechados. La planificación es fundamental, tanto si se va a hacer algún plato nuevo como si recurre a recetas que ya se han probado anteriormente. Por eso conviene detallar y enumerar los platos y los ingredientes. Es importante preparar con antelación los menús de los días especiales para evitar comprar a última hora y con prisas. Disponiendo de más tiempo se puede escoger mejor las calidades de los productos y su precio. Antes de decidir el menú conviene tener en cuenta los gustos de los comensales, así sabremos si alguno de los platos no va a tener el éxito esperado por lo que podremos sustituirlo por otro.
Revisión de la despensa y nevera
Antes de diseñar el plan semanal de menús, es muy importante revisar la despensa y la nevera, comprobar de qué alimentos disponemos y ver cuáles de ellos puedes utilizar para crear platos originales, variados y sobre todo responsables.
Atención a las fechas de caducidad
Es muy recomendable anotar en un listado los alimentos que se vayan agotando cada día. Asimismo, es necesario revisar las fechas de caducidad y de consumo preferente con cierta periodicidad, así podremos saber con exactitud todos los alimentos de los que disponemos y en qué estado se encuentran.
Para que sea efectivo, debemos pensar en las cantidades que necesitaremos de cada producto y hacer la lista de la compra teniendo en cuenta las fechas de caducidad.
Organización en la compra
A la hora de hacer la compra es importante intentar seguir un orden para respetar la cadena de frío y que el producto mantenga todas sus propiedades: en primer lugar los productos no perecederos, seguidos de los frescos, los refrigerados y, por último, los congelados.
Además, una buena colocación en el carrito de la compra evitará dañar los productos y que éstos lleguen en perfecto estado a casa.
Creatividad y reciclaje
En función de los productos que tengamos en casa, podemos planear platos creativos que nos ayuden a aprovechar todos alimentos y no tirar nada a la basura. Nada mejor que rescatar esas sobras convirtiéndolas en nuevos, deliciosos y equilibrados platos. Reaprovechar siempre ha sido una práctica tradicional muy recomendable para evitar el desperdicio. Se pueden hacer muchas recetas tradicionales y apetecibles a partir de restos de guisos y asados de pescado y de carne como, por ejemplo, canelones, lasaña, pasta rellena, terrinas, pudding de pescado o croquetas. En el caso de los productos frescos, si la fruta está demasiado madura se puede usar para acompañar asados y guisos o bien para hacer compotas, mermeladas y salsas. Las verduras pueden ser reaprovechadas para hacer purés y cremas que acompañarán a los platos principales. Como ejemplos, los restos de una menestra de verduras pueden convertirse en el ingrediente perfecto para una pizza casera, y las sobras del guiso de carne del domingo pueden servir para unas fantásticas croquetas.
En este mismo apartado hay que tener en cuenta que:
-Congelar: casi todo lo cocinado se puede congelar, incluido el caldo. «El pan se ha quedado seco», ésta es la razón por la que se tira, pero se puede congelar al día de su compra. Y el de molde, antes de su fecha de caducidad.
-Hacer purés: las patatas y las verduras dan mal resultado si las congelamos tras cocinarlas. Podemos hacer un puré y después congelarlo.
-Recongelar: las carnes y pescados congelados pueden cocinarse y, si sobra, volver a ser congelados.
-Reutilizar: si freímos carne o pescado y nos sobra, podemos aliñarlas con tomate, pimientos y cebolla para reutilizarlas como acompañamiento de pasta o arroz, relleno de empanadillas o lasaña, croquetas…