2 de cada 5 incrementa la frecuencia cuando llega el verano, pero ojito con los motivos, que la salud tiene muy poco que ver
Los más activos durante esta época del año son los baleares y madrileños, seguidos de los riojanos. Los extremeños y gallegos se encuentran en el lado opuesto
Nos hace sentirnos mejor, estimula la secreción de serotonina, nos pone en forma, acelera nuestro metabolismo, nos ayuda a descansar bien… Que el deporte conlleva múltiples beneficios para nuestra salud es una realidad sobradamente conocida. Sin embargo, con la llegada del verano y las altas temperaturas hacerlo al aire libre puede convertirse en un auténtico suplicio. Por no hablar del cambio de rutina que suponen las vacaciones y de otras “dificultades” añadidas.
Por fortuna y aunque los españoles no seamos demasiado activos -los datos del último informe elaborado por el comparador de seguros de salud Acierto.com reflejan una tasa de sedentarismo del 57%- parece que sí hacemos más deporte en verano. De hecho, hasta 2 de cada 5 incrementa la frecuencia cuando llega esta época del año. Pero ojito con los motivos, que la salud tiene muy poco que ver.
Así es el deportista español
Efectivamente, porque este incremento de la práctica deportiva no tiene tanto que ver con que los días se alargan y apetece más hacer ejercicio al aire libre, sino con razones estéticas y con la operación bikini tardía. Así lo reconocen hasta 3 de cada 5 encuestados que, lejos de mejorar su estado físico, lo que quieren es presumir de buen tipo o de lo “cachas” que están. Le siguen aquellos que dicen querer estar más sanos y los que desean adelgazar. El resto alega otros argumentos como divertirse, conocer gente nueva, etcétera. Dada la relevancia de la parte estética no nos extrañan entonces otros datos que desvela el informe, como que son muchos los que se ponen a régimen a última hora y más los que optan por una dieta milagro -en estas últimas creen hasta el 64% de los españoles-.
Los más activos durante esta época del año son los baleares y madrileños, seguidos de los riojanos. Los extremeños y gallegos se encuentran en el lado opuesto de la balanza. Otras variables que influyen son el nivel socioeconómico. Cuanto más alto es este, más ejercicio se hace y más dinero se gasta en equipamiento deportivo -la media española ronda los 90 euros-.. En cualquier caso, a los españoles les gusta hacer ejercicio con sus amigos -lo hacen 2 de cada 5-. Casi la misma proporción opta por hacerlo en solitario, mientras que el resto alterna o se va con algún familiar, compañero de trabajo o similar. Aunque estos son la última opción (solo el 4% hace deporte con compañeros de estudio o trabajo).
En cuanto a las modalidades deportivas, triunfan el gimnasio y el running. En la ecuación y por orden de preferencia entran el fútbol, la natación, el pádel y el ciclismo. Aunque aquí hay diferencias entre hombres y mujeres. Por ejemplo, ellas sienten muchísima más preferencia por el gimnasio que ellos.
Cómo hacer deporte en verano sin “morir” en el intento
Eso sí, para hacer deporte en verano tendrás que poner en marcha una serie de consejos. Por ejemplo, evitar salir durante las horas de mayor temperatura. Esto es entre las 12 y las 17. Lo ideal es que te calces las deportivas durante las primeras y últimas horas del día, cuando todavía no ha salido el sol o cuando ya ha caído.
La vestimenta es otro punto importante. Una holgada y transpirable te ayudará a mantenerte seco y evitar molestas rozaduras. Los calcetines y el calzado cobran especial relevancia.
Tampoco podremos olvidarnos de untarnos con el protector solar del factor adecuado para nuestra piel y de hidratarnos correctamente, pues los riesgos son mayores durante esta época del año. Proteger los ojos y la cabeza con unas gafas homologadas y una gorra o visera transpirable también es básico.
Opta por modalidades que puedan realizarse indoor durante los días más calurosos como la natación, el gimnasio, etcétera.
Por qué dejar de hacer deporte en verano es una mala idea
En cualquier caso, dejar de hacer deporte durante el verano es una pésima idea, pues esto puede tener un impacto muy negativo sobre nuestro metabolismo -aunque todo dependerá de cada individuo, por supuesto-. De hecho, recientes investigaciones apuntan a que aquellos adultos que dejan de ser activos de repente sufren una suerte de «trastorno metabólico» que hace que sus niveles de azúcar se incrementen, que pierdan masa muscular, y que adquieran más grasa en determinadas zonas del cuerpo como el abdomen.
Por supuesto, en esto también influye la duración del «parón de actividad”. Además, a esto tenemos que añadirle las comentadas vacaciones -que hacen que nuestras rutinas se alteren- y que inciden en nuestros hábitos alimentarios- Por no hablar de los tentadores helados y de la cerveza fría en el chiringuito o la terraza.