Francisco José Castillo Navarro
Con esta frase y al comienzo del nuevo Año. Siempre solemos decir Año nuevo vida nueva. El ímpetu en los primeros días del año es algo muy tradicional, pensamos que, si lo conseguiremos, sobre todo si es para mejorar nuestra calidad de vida. Saber que eres dueño de tu destino y la única persona capaz y responsable de lograrlo. A lo largo de 365 días hemos vivido alegrías y tristezas, pero los recuerdos que más perduran son aquellos, que nos han hechos sentirnos orgullosos de nosotros mismos.
Podríamos decir que cada año nuevo, es una nueva vida. Debería ser como la primera página de un libro en blanco. tu eres el protagonista y el autor, es todo tuyo donde puedes escribir lo que tú quieras. Partimos de cero para construir donde se pueda ajustar a nuestros ideales. Hay que ser realistas y dar paso a paso, aumentara nuestra fuerza de voluntad para seguir, haciéndonos avanzar en conseguir los objetivos marcados. Lo contrario a lo que solemos decir de piensa en grande, pensar en pequeño suele resultar mejor. No se trata de conformarse o de no querer cosas buenas para ti. Se trata de que a veces nos trazamos metas demasiado grandes.
Es un buen momento para revisar, lo que hemos realizado el año que estamos dejando, analizando lo que desearíamos cambiar, preguntándonos sinceramente y sin engañarnos porque hemos fracasado, dejando objetivos inacabados y muchas veces ni siquiera han sido empezados. Tener muchos propósitos es un error común. Vivimos en una sociedad en la que más es mejor. Menos ansiedad y mejor si nos trazamos objetivos que podamos cumplir. Todo cambia, no dejes de hacerlo por miedo. Los seres humanos evolucionamos constantemente, ningún día es igual, siempre es uno nuevo.
Elegir un día cero, para empezar con las promesas que nos hemos propuesto, lo más aconsejable es pasado los reyes magos, es decir a partir del seis de enero, es necesario marcarnos con exactitud la fecha, porque si no caeremos en no a la definición, por la falta de motivación, poniendo innumerables excusas, sin poner un día un concreto, diciéndonos interiormente, ya lo hare tal día, sin llegar nunca a empezar, eso implica esfuerzo, dedicación y constancia, elementos en los que necesitamos vernos reflejados para sentirnos bien con nosotros mismos.
Las promesas más comunes del Año Nuevo y cómo evitar que las abandonemos al poco tiempo:
Bajar de peso
Uno de los más objetivo más común que se plantean muchas personas. Algunas preguntas que deberíamos hacernos.
¿Cuánto nos proponemos bajar?
¿2 kilos o 10?
¿En cuánto tiempo?
Si uno lo quisiera lograrlo convendría.
Comer mejor, cambiar hábitos, hacer ejercicio, ir al gimnasio.
HUIR de dietas y productos que dicen que son milagrosos, poniéndose siempre con profesionales, médicos endocrinos, ya qué igual es necesario que hagan analíticas, para saber qué alimentos nos engordan, cada persona es diferente, la genética, determina a veces nuestra complexión. Importante no desanimarse.
Deberíamos llevar registró de lo que uno come y cuánto ejercicio hace, ya que nadie cambia sus hábitos de un día para otro.
Una vez que tienes claro lo anterior, ya es posible elegir qué cambio hacer, incluso los que parecen pequeños pueden ser muy eficaces: reducir las porciones, ingerir menos azúcar refinada, alimentos muy procesados, utilizar menos sal.
En el ejercicio, sí comienzas a machacarte como vulgarmente se dice, con rutinas durísimas, al día siguiente te dolerá todo el cuerpo y abandonarás. Sigue todos los consejos, si tuvieras un entrenador, que esto es lo más aconsejable, para llevar un control exhaustivo de tus progresos, en los ejercicios que debes realizar. Recuerda tienes todo un año por delante.
Dejar el tabaco
Este propósito está relacionado con la salud, al igual que ocurría en cierta medida con el propósito de ponerse en forma. Un gran porcentaje de la población está enganchada al tabaco. Son dependientes de la nicotina, lo que hace que sea un propósito difícil de cumplir, pero no imposible. Está probado que la forma más eficaz y duradera de dejar de fumar es por ti mismo, de forma voluntaria y con decisión. Busca ayuda profesional, y ves dejándolo poco a poco.
Gastar menos y ahorrar
A día de hoy es difícil pero no imposible, la vida ha subido, pero los sueldos parecen que llevan congelados. Aunque siempre podemos hacer algo.
Es necesario que sepas en qué gastas para que te sea posible ahorrar, así que prueba con estas promesas más pequeñas en primer lugar
Establece y cumple un presupuesto mensual: En lugar de “comprar menos”, crea un presupuesto para este mes de enero y asigna cada parte de tus ingresos a un gasto específico. Puedes utilizar esta aplicación muy sencilla para empezar o anotar todos tus gastos en un cuaderno. Asegúrate de revisarlo cada semana y ajustarlo si es necesario. Esta es la clave, para evitar salirse demasiado del objetivo marcado.
Estudiar y formarte
La formación muchas veces, es una de las asignaturas pendientes más comunes. Desde joven quisiste haber dedicado tu vida a la fotografía, la pintura o la música, pero por circunstancias no pudiste. Apúntate a algún curso intensivo que te llenen, o te haga feliz, piensa que es tu momento.
Siempre quedo pendiente el inglés, apúntate a clases para obtener un título académico, que te abriría más puertas en el mundo laboral y te hará sentirte más satisfecho. El carnet de conducir, las clases de teatro, pádel o algún deporte que te hiciera ganas practicar, pueden ser algunos de esos proyectos qué, este año sí, se conviertan en una realidad.
Disfrutar más la vida
Lleva una agenda y escribe tu día a día, así verás cómo es tu vida, analiza lo que no te gusta, y ves cambiando progresivamente, cambiándolo para tener una vida más placentera.
Es cuestión y comenzar a valorar más a quiénes están a nuestro lado para sentirnos más satisfechas con todo lo que hacemos. Tú te conoces mejor que nadie y sabes cuáles son las formas de hacerte la vida un poquito más feliz.
Posiblemente tus familiares y amigos son las personas que te harán más llevaderos tus malos días y ellos comparten tus alegrías.
El trabajo y el resto de obligaciones de nuestra rutina diaria, nos hacen olvidarnos lo que realmente es importante. Tenemos que intentar organizarnos, de tal forma que destinemos una parte a estar con nuestros seres queridos. En definitiva, disfruta al máximo del tiempo que dispongas.
Por desgracia muchas personas, no tiene la suerte de poder ni siquiera plantearse alguno de estos propósitos de año nuevo. Colabora en alguna causa solidaria, con una pequeña aportación, puedes hacer del mundo un lugar un poquito mejor. Pon tu granito de arena ayudando a diferentes ONGS, entidades sin ánimo de lucro o asociaciones.
Siempre decimos, aunque seamos ambiciosos y exigentes con nosotros mismos, también tenemos que valorar nuestras victorias. Identificar y reconocer cada uno de los pequeños pasos que damos, es una de las claves para mantenernos motivados y seguir adelante. Planifica recompensas y premios que te vas a conceder cada vez que los alcances.
Si has incumplido el propósito, continúa esforzándote, no tires todo por la borda. Un fallo puntual no es un fracaso definitivo, a no ser que decidas saltarte las reglas o reinventarlas según tus conveniencias continuamente.
La mayoría de nosotros empezáramos este año con buenas intenciones y optimismo. Proponiéndonos metas, entre las que incluiremos dejar los malos hábitos, ser mejores personas, atraer más vibraciones positivas, y seguro que podemos conseguir lo que nos propongamos. Solo tenemos una vida y deberíamos vivirla intensamente con las cosas que nos gusta y nos hacen felices.
Los deseos de nuestra vida forman una cadena, cuyos eslabones son las esperanzas. (Séneca)