Según publica la web municipal MTXI.es, el concurso de ideas de arquitectura del l’Institut Balear de l’Habitatge para la construcción de 108 viviendas de protección pública en suelo cedido por los Ayuntamientos de Palma y Marratxí ha recibido más de 300 propuestas de las cuales se han elegido tres equipos redactores.
Según ha explicado en un comunicado la Consellería de Movilidad y Vivienda, el pasado 13 y 14 de julio se reunieron los miembros del jurado del concurso de ideas para seleccionar las propuestas arquitectónicas para la construcción de cinco edificios divididos en tres lotes.
En total, las propuestas ganadoras prevén 74 viviendas a Palma (36 en Can Ribes y 38 en La Femu) y 34 viviendas en Marratxí en dos solares en la calle Juli Ramis.
El jurado ha tenido que seleccionar entre 308 propuestas (170 para Can Ribes, 62 para la Femu y 76 para Marratxí) y ha agradecido la respuesta e implicación obtenidas, así como también, atendido el elevado grado de exigencia de las bases técnicas que lo han regido, por el esfuerzo demostrado al darlas cumplimiento.
Desde la Consellería han recordado que las bases exigían valores ambientales como la eficiencia energética de clase A, un consumo máximo de energía primaria no renovable menor de 17,20 kW/m/año, un consumo máximo de agua de 100 litros por persona y día, así como una reducción de residuos en un 25 por ciento sobre la producción teórica.
La convocatoria exigía igualmente una reducción de emisiones de CO₂ de los materiales en un 25 por ciento en comparación con el edificio equivalente convencional.
El concurso de ideas ha actuado como ‘think tank’ para compaginar la sostenibilidad económica, social y ambiental con la velocidad de ejecución y han aparecido tanto soluciones para reducir los plazos de las obras construidas con materiales de la arquitectura tradicional.
Según han indicado, en uno de los lotes el equipo ha presentado un certificado de dos empresas locales de prefabricados de hormigón que se comprometen a fabricar bloques de tierra comprimida, un sistema sostenible que todavía no se produce en Baleares.
Como resultado, el concurso de ideas del Ibavi ha servido para introducir una innovación tecnológica de bajo impacto ambiental en la industria balear.
También se ha valorado especialmente la dignificación del hogar de las personas, su confort, las nuevas fórmulas de convivencia y los espacios exteriores que la Covid-19 ha demostrado imprescindibles.