Se trata de un centro especializado en el tratamiento del trauma complejo derivado de la víctimitzación sexual
El Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS), ha puesto en marcha un nuevo recurso dirigido a menores víctimas de ESCIA (explotación sexual comercial infantil y adolescente) o con sospechas de haberla sufrido. Se trata de un centro residencial especializado en el tratamiento del trauma complejo derivado de la victimización sexual que sufren estas jóvenes, tal y como anunció el presidente del IMAS, Javier de Juan.
El centro, que funciona desde el pasado mes de octubre, consta de 8 plazas residenciales y está formado por un equipo de profesionales que consta de un coordinador, dos psicólogas especialistas en el tratamiento del trauma complejo, 8 educadores sociales, 8 auxiliares educativos y el equipo de cocina y mantenimiento.
Durante el mes de septiembre los trabajadores del centro han realizado una formación específica en el tratamiento de jóvenes víctimas de ESCIA por parte de la Fundación Amaranta y los psicólogos del Servicio Terapéutico de Infancia y Familia (STIF) de la dirección insular de Infancia y Familia del IMAS dónde han tratado temas como los factores de riesgo, los factores de protección o la atención psicológica.
Este recurso está ubicado fuera del entorno urbano, puesto que el ESCIA es un fenómeno que se da habitualmente en las ciudades y una parte importante del tratamiento para las víctimas es que se encuentren en un entorno seguro.
El proyecto educativo de este nuevo centro incluye, además de atención individualizada, terapias corporales, terapia con animales y educación afectivosexual un tratamiento especializado en traumas complejos.
Este tipo de trauma es característico en personas que han sido abusadas sexualmente y sufren una victimización sexual. La victimización provoca que las jóvenes desarrollen una serie de comportamientos como el desinterés afectivo, la incapacidad de establecer vínculos o la nula percepción de las conductas de riesgo, que hace necesario un tratamiento específico y diferenciado del que se realiza en menores con problemas de adicciones o trastornos de conducta.
El proyecto educativo incluye también la figura de los mentores o referentes positivos puesto que se llevarán a cabo encuentros con otros jóvenes que han vivido situaciones parecidas y que las han superado con éxito.
El principal objetivo de este nuevo programa es conseguir que las jóvenes puedan superar el trauma y puedan volver con sus familias biológicas o pasar a una acogida familiar terapéutica. En este sentido no hay un tiempo de estancia máximo o mínimo en el centro, puesto que dependerá de los procesos personales de cada una de las jóvenes. En la medida de lo posible se trata de evitar que estas menores vuelvan a un centro residencial para minimizar el riesgo que puedan reproducir sus conductas.