A punto de cumplir un mes desde su estreno en La1, ‘Dos vidas’ no ha logrado mejorar la audiencia de su predecesora ‘Mercado central’. Está protagonizada por Amparo Piñero, Laura Ledesma, Iván Mendes y Oliver Ruano.
Por Dani López
‘Dos vidas’ llegó a las tardes de La1 el pasado 25 de enero, tras el estreno online de sus dos primeros episodios. Lo hizo con el objetivo de mejorar las audiencias de ‘Mercado central’ en la primera franja de la tarde de la pública prometiendo una historia apasionada, de amor, intriga y aventuras. Una de las novedades de la propuesta era la de narrar las vidas de dos mujeres unidas por un vínculo de sangre, que sirve como uno de las palancas de cambio en el estreno, en dos momentos temporales distintos.
Tras cuatro semanas competas de emisiones, el nuevo serial de TVE creado por Josep Cister Rubio no logra alcanzar los ‘dos dígitos’ y sufre frente a los audímetros mientras su rival ‘Amar es para siempre’ mejora sus cifras.
La serie está protagonizada por Amparo Piñero (Carmen) y Laura Ledesma (Julia), que encarnan a dos mujeres muy diferentes, que viven un momento trascendental de su existencia.
Junto a ellas, Iván Mendes, Cristina de Inza, Sebastián Haro, Oliver Ruano, Aída de la Cruz, Miguel Brocca, Kenai White, Chema Adeva, Iago García y Gloria Ortega. Precisamente el debut de la hija de Rocío Jurado y Ortega Cano fue uno de ganchos con los que la producción atrajo miradas, pero no ha servido para encumbrarla; al menos de momento.
La misma e interesante premisa de la serie, el arrastrar al espectador a dos vidas muy diferentes en lugares muy distantes y en tiempos distintos se convierte en un problema y la conexión entre ambos universos queda en un segundo plano que provoca que se trate, precisamente, de dos series paralelas.
Quizá hubiera sido interesante que Julia, en lugar de limitarse a tener el diario entre sus manos para dar paso al mundo africano, indagase activamente en la vida de su abuela y se sumergiera de lleno en el misterio sobre su identidad, que surgieran conexiones más directas con personajes en ambos escenarios para dar mayor unidad a la narración y conseguir un efecto más envolvente.
No obstante, el principal fallo está precisamente en la presentación de la historia en África. Se pone a Carmen en una situación límite, responsabilizándose de una muerte, escapando, pidiendo ayuda a Kiros, ayudada por su padre a huir de la colonia… Todo eso dibuja una realidad a la que llegar que deja demasiadas cosas claras y, sobre todo, anula muchas de las intrigas que se quieren presentar y explotar después.
UN AMOR IMPOSIBLE
Una de las grandes bazas de la serie es la historia de amor imposible entre Carmen, una joven blanca de buena familia, y Kiros (Iván Mendes), un chico nativo y que trabaja para la familia. La primera verdad sobre esta pareja es que el padre de Carmen reconoce su gran amor, pero le pide que no huya con ella porque estará comprometiendo su futuro y su vida. Esto le quita mucho sentido y relevancia a muchas escenas que vienen después en las que se tiene que construir la relación. Y más tratándose de una ficción diaria donde se alargan las intrigas y se crean situación límite, que el espectador sabe de antemano que no conducen a nada. Un ejemplo, el que Kiros estuviera en peligro de muerte y durante varios episodios se amenazase con tener que cortarle la mano. ¿Cómo va a acompañar el telespectador a los protagonistas en su sufrimiento si ya los ha visto sanos y salvos?
Es una pérdida de efectividad con poco sentido porque, sinceramente, en los primeros minutos de una historia, cuando no se conoce a los personajes y no hay ningún apego a ellos, ¿qué más da que alguien escape diciendo que ha matado a otra persona? Es un recurso peligroso, que muchas veces tiene más inconvenientes que ventajas. Y es que las personas que tienen interés en conocer esa nueva historia están abiertas a descubrirla y se engancharán más por unos personajes sólidos y una aventura interesante que por un golpe de efecto.
Tal vez hubiera sido más interesante abrir esa parte con Carmen dejando su soñada África y narrando en su cuaderno que nunca hubiera imaginado las desgracias a las que iba a tener que hacer frente cuando llegó tanto tiempo atrás. Decir que arribó cargada de ilusión y sueños y se marcha como una fugitiva con un futuro incierto en el que tendrá que esconder su verdadera identidad para seguir viva. De este modo, no se mostraría al resto de personajes en ese presente suyo y el verdadero inicio de la historia quedaría blanco y sin lastres.
Habrá que ver cómo evoluciona la serie y si consigue atrapar a más espectadores. De momento, la audiencia no ha crecido desde su estreno, sino todo lo contrario, pero en las series de sobremesa cualquier cosa es posible y pueden remontar el vuelo.
Una sèrie poco creïble, aburrida, melosa repetitiva con personar-se no creïbles y empalagosos. Quiere ser una sèrie feminista. Es un atenta do al feminisme y a la lucha de la Mujer.
Lo mejor, la música
Me va gustando más, pero es verdad lo que comentas. Una cosa negativa es el lenguaje tan cursi y rebuscado y fuera de contexto histórico que usan los protagonistas de la colonia. No se hablaba asi en los años 50. Por otro lado, algunos actores han mejorado, pero otros no vocalizan nada: Inés, Víctor…parecen novatos. Carmen es demasiado afectada y muy poco natural. Muy bien Patricia o Francisco. Mucho mejor los actores del pueblo. Cloe ha mejorado mucho desde los primeros capítulos