El dispositivo de control sanitario de los puertos y aeropuertos puesto en marcha por el Servicio de Salud el 5 de diciembre de 2020 con el objetivo de controlar la pandemia y evitar la entrada de posibles nuevos casos de COVID -19 positivos en las Islas Baleares se levantará el 31 de octubre.
La Conselleria de Salud y Consumo ha optado para desactivar estos controles en los puertos y aeropuertos para los pasajeros provenientes del resto del Estado teniendo en cuenta el alto índice de vacunación en España —el 78 % de la población tiene la pauta completa— y la bajada de la incidencia acumulada a catorce días, de 41 casos por 100.000 habitantes.
Este operativo de control de la COVID-19 para proteger a la población durante las diversas oleadas de la pandemia —cuando la incidencia de la enfermedad era más alta— y para garantizar una movilidad segura de la población entre las diferentes comunidades autónomas ha supuesto un coste para el Servicio de Salud de aproximadamente 8,3 millones de euros durante los once meses de funcionamiento.
Durante este tiempo Salud ha hecho 822.820 controles en los puertos y aeropuertos (486.313 en Mallorca; 109.775 en Menorca; 205.609 en Ibiza y 21.123 en Formentera). En estos se han detectado 308 test de antígenos positivos (179 en Mallorca; 24 en Menorca; 101 en Ibiza y 4 en Formentera). Estas cifras suponen que desde el mes de diciembre de 2020, gracias a los controles efectuados, se han cerrado 1.540 cadenas de contagios de la COVID-19.
Desde que empezó el operativo 285.767 pasajeros han aportado su PCR hecha en origen. Al COVID Exprés han acudido 5.443 pasajeros, mientras que 10.051 pasajeros han optado por el aislamiento. Además, 282.589 personas han estado exentas de presentar ni someterse a ningún tipo de prueba, por el hecho de estar menos de 72 horas en las Islas Baleares: tripulaciones, deportistas federados, transportistas, menores, o pasajeros de viajes interislas.