ARCA pide al Ayuntamiento de Marratxí que preserve los elementos históricos y tradicionales en la reforma del entorno de la iglesia del Pont d’Inca.
La Associació per a la Revitalització dels Centres Antics (ARCA) ha solicitado al Ayuntamiento de Marratxí que garantice la preservación de los elementos históricos y tradicionales durante las obras de reforma del entorno de la iglesia del Pont d’Inca. La entidad destaca la importancia de proteger el patrimonio cultural y arquitectónico que define la identidad de este espacio emblemático.
Entre los aspectos que más preocupan a ARCA está la posible afectación al muro que rodea la plaza de la iglesia parroquial y las llambordes de piedra viva que configuran las aceras de las calles Bisbe Campins y Santa Catalina Thomàs, principales zonas afectadas por las obras. Según el proyecto de reforma, estas aceras serán rebajadas para mejorar la accesibilidad, una intervención que podría comprometer el valor patrimonial de estos elementos.
ARCA advierte que la eliminación de las aceras adyacentes al muro podría aumentar su fragilidad estructural y dificultar su mantenimiento a largo plazo. Por ello, solicita al consistorio que adopte medidas de refuerzo adecuadas, respetando siempre la arquitectura y la tipología tradicional del muro. Asimismo, ARCA recomienda consultar a los técnicos de patrimonio competentes para asegurar que cualquier intervención sea compatible con su conservación.
En cuanto a las llambordes tradicionales, ARCA reclama su conservación, ya sea manteniéndolas “in situ” o, en caso de que esto no sea posible, almacenándolas en un depósito municipal para ser reutilizadas en futuras intervenciones urbanísticas. La asociación subraya que estas piezas forman parte del patrimonio histórico de los pueblos y ciudades de Mallorca y lamenta que estén desapareciendo bajo el argumento de favorecer la accesibilidad, un razonamiento que considera discutible y que debe ser analizado con mayor profundidad.
ARCA reconoce la importancia de garantizar la accesibilidad universal, pero sostiene que esta no debe lograrse a costa de borrar los elementos tradicionales que configuran la identidad de los espacios públicos. “La obsesión por la homogeneización de los entornos urbanos está haciendo que muchos lugares pierdan su valor patrimonial”, afirma la entidad, haciendo referencia a la tendencia en varias localidades de Mallorca de aplicar reformas que eliminan características arquitectónicas distintivas en favor de diseños más uniformes.