El Govern ha mantenido este viernes una reunión de trabajo para evaluar los riesgos del virus Zika en Baleares. Se trata de una enfermedad leve en el ser humano, aunque recientemente se han descrito cuadros neurológicos y anomalías congénitas asociadas a infecciones por este virus. Así, las embarazadas constituyen el grupo de mayor riesgo al que tienen que ir dirigidas las recomendaciones y acciones de promoción y prevención sobre la base de la evidencia disponible que relaciona la infección por el virus Zika con la aparición de anomalías congénitas.
La enfermedad causada por el virus Zika presenta una sintomatología en general leve que puede pasar desapercibida o diagnosticarse erróneamente como dengue, chikungunya u otras patologías víricas.
Los principales síntomas son:
- Elevación de la temperatura corporal por encima de 37,2 ºC.
- Exantema maculo papular que se extiende frecuentemente desde la cara al resto del cuerpo.
- Artritis o artralgia pasajera con inflamación de articulaciones (principalmente en las articulaciones pequeñas de manos y pies).
- Hiperemia conjuntival.
- Síntomas inespecíficos como mialgia, cansancio y dolor de cabeza.
El periodo de incubación oscila entre 3 y 12 días y la duración de la sintomatología, entre 2 y 7 días.
En la reunión organizada por el Govern, se ha hablado de las medidas que hay que adoptar y del plan global en el que trabajan tanto el Ministerio como las comunidades autónomas para afrontar el virus Zika y controlar el vector. Asimismo, se han elaborado grupos de trabajo conjuntamente con salud ambiental para aprobar un protocolo de actuación conjunto.
En Baleares se ha propuesto la creación de un comité interdisciplinario de seguimiento y control del virus, con presencia de Salud Pública, Epidemiología, Servicio de Salud, Salud Ambiental; Conselleria de Medio Ambiente y Agricultura, consejos insulares y ayuntamientos.
La consellera de Salud, Patricia Gómez, ha asegurado que el riesgo de introducción y transmisión autóctona del virus Zika en las Illes Balears es muy bajo y, por lo tanto, la situación no es preocupante. El principal riesgo de introducción en España estaría asociado con la llegada de viajeros infectados procedentes de áreas endémicas en las comunidades autónomas donde hay presencia del mosquito. En estos momentos no hay densidad de mosquitos suficientes para un contagio.
