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Existen porcentajes relevantes de adolescentes y jóvenes que mantienen una aceptación media o alta de ciertos comportamientos: más del 15% ven aceptable que le revisen su móvil; el 12% que controlen todo lo que hace o no ver a sus amigos o amigas si su pareja lo exige; y casi el 10% la violencia física.
Un 49% de los y las jóvenes españoles afirma que la violencia de género ha aumentado en los últimos años, frente a un 22’6% que piensa que ha disminuido “algo” o “mucho” y un 27,2% que indica que “sigue igual”. El género es esencial en las valoraciones, ya que el porcentaje de mujeres que piensan que ha aumentado “mucho” o “algo” se incrementa hasta el 59,2%, pero desciende hasta el 39,2% entre los hombres, una más que notable diferencia de veinte puntos porcentuales.
En opinión de la directora general de la Fad, Beatriz Martín Padura: “Que estos porcentajes de violencia de género percibida sean tan importantes es muy preocupante y es, sin duda, un tema urgente e inaplazable. Sin embargo también creemos que los adolescentes y jóvenes cada vez están más sensibilizados frente a este tipo de comportamientos y son más capaces de reconocer e identificar conductas de violencia de género que les afectan en primera persona.”.
Estas son algunas de las principales conclusiones del Barómetro Juventud y Género 2017 del ProyectoScopio realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fad, gracias al apoyo de Banco Santander y Telefónica. El Barómetro –realizado a un panel online representativo de 1.247 jóvenes de 15 a 29 años aplicado en septiembre del pasado año- ofrece datos sobre cómo perciben las desigualdades de género en distintos ámbitos como el laboral, familiar, empresarial o político, entre otros. También se les pregunta acerca de su opinión sobre el feminismo o la sexualidad.
Los episodios de violencia de género son atribuidos por los y las jóvenes a varios factores. El más repetido entre ellas y ellos como causa de la aparición de conductas violentas es “el consumo de alcohol y otras drogas”, mencionado por casi el 40% de los entrevistados. A muy corta distancia como motivo, también se señala a la inhibición de la mujer, señalando, en un 37% de los casos, “que las mujeres no denuncian”. “La falta de educación” (con un 36,2%) ocupa el tercer lugar. Un 26% añade que se debe a la “impunidad de los agresores”.
Todos los factores recogidos parecen señalar la sensibilidad de la juventud hacia la necesidad de cambio cultural en la sociedad, hacia la búsqueda de la educación en valores como la responsabilidad y en el respeto y del empoderamiento de la mujer.
Otro elemento analizado en relación a la violencia de género es el grado de admisibilidad que los y las jóvenes muestran en relación a comportamientos violentos, ya sean referidos a episodios de violencia sexual, física, psicológica o de control, evaluación realizada por medio de una escala de 0 a 10, donde “0” es “totalmente inadmisible” y “10”, “totalmente admisible”. Dentro del general y contundente rechazo a todos estos comportamientos, hay algunos perfiles de jóvenes que manifiestan ser algo más tolerantes con determinadas conductas, como revisar el móvil de la pareja, aceptado por un 15,6% de los y las jóvenes, seguido por “grabar en móvil o en vídeo o hacerle fotos a la pareja sin su permiso”, con un 12,7% de admisibilidad.
Aunque pueda parecer un porcentaje poco relevante, es preocupante que un 10% de los y las jóvenes se posicione en posturas de aceptabilidad total o media hacia comportamientos violentos. Si nos acercamos a estos perfiles, descubrimos que los hombres suelen manifestar mayores grados de admisibilidad y también quienes ocupan posiciones en clase media alta y alta.
Actos de violencia de género conocidos, sufridos y ejercidos
Más del 80% (el 82,3%) de los entrevistados declara haber sido testigo de algún comportamiento violento en el entorno cercano. En cuanto a los tipos de violencia de los que dan cuenta, los “insultos y amenazas por el móvil”, la violencia de control y las agresiones físicas son las que más declaraciones suman: en torno al 40% de los y las jóvenes dicen haber conocido, en alguna ocasión, testimonios próximos de estos actos.
El 50’9% de las chicas mencionan intimidaciones, frente al 32,7% de los chicos. En cuanto a “revisar el móvil” y “controlar todo lo que hace”, casi el 49% de ellas mencionan casos de este tipo, frente al 35% de ellos. También son llamativas las diferencias entre las mujeres y hombres que han visto u oído agresiones físicas: 44,9% de mujeres y 33,2% de hombres. Edad y clase social son variables que también imprimen ciertas variaciones sobre el maltrato observado; la clase baja y media baja es más sensible a los comportamientos violentos, así como las personas de menor edad.
Más de diez puntos porcentuales separan a las mujeres de los hombres que dicen haber padecido algún tipo de violencia dentro de las parejas: el 44,3% de ellas frente al 32,9% de ellos. En todos los ítems, el reconocimiento por parte de las mujeres jóvenes de haber sufrido actos de violencia de género. Casi el 27,5% de las jóvenes declaran que sus parejas les revisan el móvil, frente al 19,7% de los jóvenes, porcentaje significativo en ambos géneros y que trasciende como el comportamiento de control más extendido en esta etapa de la vida. También llama la atención que un 14,7% de chicas y un 10,4% de los chicos dicen haber padecido violencia física. El tamaño de la localidad de residencia introduce ciertos matices a los resultados, siendo los y las residentes en poblaciones pequeñas los que más declaran haber experimentado episodios de maltrato.