Este martes por la noche LaSexta emite una nueva entrega de ‘¿Te lo vas a comer?’ en el que Chicote destapa el engaño de las conservas.
LaSexta emite este martes una nueva entrega de la cuarta temporada de ‘¿Te lo vas a comer?’, el programa de investigación y denuncia conducido por Alberto Chicote. Esta semana ponen la lupa sobre el mundo de las conservas.
En nuestro país se consumen al año 100.000 toneladas de atún o bonito en conserva. No solo somos unos grandes consumidores, además, España es el mayor productor de conservas de Europa. Solo en el País Vasco, el Bonito del Norte mueve 40 millones de euros al año. La transparencia en el etiquetado de latas o de botes en ocasiones brilla por su ausencia.
OPACIDAD DE LAS ETIQUETAS
Es un producto estrella en nuestras mesas y somos país productor por excelencia (el primero de Europa, acaparando el 67% de la producción, y el segundo del mundo). ¿Qué intereses ocultos hay detrás de la opacidad en las etiquetas de las conservas? ¿Nos están colando especies de menor calidad en lugar de bonito del norte o atún? ¿Estamos comiendo pescado en conserva del índico o del pacífico creyendo que es del Cantábrico?
Eugenio Elduayen, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Guipúzcoa, denuncia que se está dando gato por liebre con el Bonito del Norte. Por un lado, asegura que se vende sarda, melva y otras especies (de mucha menor calidad) como Bonito del Norte, algo que es ilegal, por tanto, fraude al consumidor. Por otro, luchan contra lo que consideran un engaño al consumidor: la venta –en fresco, congelado y conserva- de Bonito del Norte que en realidad no ha sido pescado en el Mar Cantábrico, sino en aguas del hemisferio sur. No es ilegal, porque se trata de la misma especie “thunnus alalunga”, pero el consumidor relaciona “norte” con “Cantábrico” y considera de mayor valor el pescado en aguas nacionales.
Lo corroboran los pescadores de Guipúzcoa, que es la provincia española que más bonito del norte captura: en el Cantábrico el bonito se pesca con anzuelo vivo, mientras en otras zonas se pesca con artes de arrastre, lo que estresa al animal; y en estas aguas el pescado se enfrenta a temperaturas y oleaje que imprimen unas características especiales a su carne.
Eugenio explica que al consumidor es fácil engañarle porque, además del bonito del norte cantábrico y foráneo, existen 25 tipos de atunes en aguas internacionales y la legislación sobre el etiquetado es confusa e incluso contradictoria entre la española y la europea: la europea permite etiquetar la melva como bonito y la española, no. El engaño al consumidor también es económico: es más caro el bonito del norte que el bonito o el atún que la melva.
Alberto Chicote investiga si nos están colando unos pescados más baratos en las conservas de atún y bonito como le cuentan en el País Vasco. Manda a analizar ocho latas y botes a un laboratorio de referencia. Los resultados arrojan el alarmante balance de un 25% de fraude. En una de las latas en cuya etiqueta pone atún en aceite realmente contiene melva. Otro bote de cristal que debería contener bonito del norte, el pescado que contiene es sarda. Chicote no tiene otra que pedir explicaciones por este engaño al consumidor a los propietarios de las empresas responsables del fraude.
Además, Alberto Chicote comprueba tras entrevistar a miembros del lobbie de presión ecologista en la UE y a una europarlamentaria, que la propia patronal de los conserveros españoles presiona para que Europa no obligue a las empresas conserveras a poner más información al consumidor en sus etiquetas.
Chicote comprueba cómo no solo hay falta de información en el etiquetado de las conservas. En una ruta por diferentes pescaderías descubre que la gran mayoría de los vendedores no especifican ninguna información al cliente, haciendo muy fácil el engaño al consumidor.