Natacha Payà
La mala gestión del material sanitario se ha convertido en el nuevo contaminante ambiental. Mascarillas y guantes arrojados en las calles, cunetas, pronto seguramente en las playas… Sin duda, un acto incívico que pone en riesgo la protección de todos.
El reciclaje debería ser uno de los actos a tener en cuenta con la crisis del COVID-19 y darles una segunda vida a los artículos de un uso.
La crisis del coronavirus está cambiando muchas cosas de nuestra vida cotidiana. Ya hemos modificado conductas, como lavarnos las manos repetidamente o el distanciamiento social, pero muchas otras deben ser reforzadas. El reciclaje debería ser uno de los hábitos a tener en cuenta ahora que tenemos tiempo y, además, el planeta lo necesita más que nunca.
Los artículos de usar y tirar
Llevamos un mes de confinamiento y la ciudadanía ha adoptado medidas para evitar contagios. La mayoría de las personas en el mundo intentan salir lo mínimo a la calle. Las mascarillas, el gel antiséptico y los guantes se han convertido en la imagen icónica de la crisis del COVID-19 pero, ¿alguna vez os habéis preguntado dónde van a parar después de su uso?
En las últimas semanas, muchos operarios de limpieza y vecinos han advertido en las redes sociales que están encontrando guantes y mascarillas usados tirados por la calle. Este es un acto incívico que ayuda a la propagación del virus. Estos artilugios tirados en cunetas, carreteras o justo al lado de los contenedores demuestran que el ser humano, en muchas ocasiones, no es consciente del riesgo que genera. ¿Qué debemos hacer entonces? De momento, para un buen reciclado de los residuos es necesario separar tanto las mascarillas como los guantes del resto de la basura, siempre de esta manera:
- Debes meter la mascarilla y los guantes en una bolsa de plástico, e inmediatamente introducirla en una segunda bolsa de basura, bien aislada de todo.
- Una vez en la doble bolsa, no se tira ni al váter ni al suelo. Se depositará siempre que esté bien cerrada en el cubo de basura del hogar, con tapadera.
- Una vez colmada la bolsa se depositará ‘exclusivamente’ en el contenedor gris de la calle.
- ¿Qué es el contenedor gris? Este es el contenedor para todos aquellos residuos que no se reciclan, pero tampoco pueden usarse para hacer compost. Esta fracción de residuos que no pueden ser reutilizados se depositan en los vertederos o rellenos sanitarios.
- ¿Qué hay que meter en el contenedor gris? Juguetes, biberones, chupetes, utensilios de cocina, pañales, objetos cerámicos, compresas, arena para mascotas, pelo, polvo, colillas, etc. Es decir, todo aquello que no puede ser reutilizado.
- Está terminantemente prohibido depositarla en los contenedores de recogida separada de cualquiera de las fracciones (orgánica, envases, papel, vidrio o textil). Obviamente no se puede arrojar a la calle.
- Hay que recordar que los guantes de látex o nitrilo no son envases ni botellas, por tanto, no deben depositarse nunca en el contenedor amarillo.
Aparecen mascarillas en las Islas Soko
El pasado mes, miembros de la organización conservacionista Oseans Asia -que participa en iniciativas para la World Wildlife Found- descubrieron miles de mascarillas usadas en las playas del archipiélago de Soko, entre Hong Kong y Lantau. Las mascarillas y los artículos de un uso comparten la condición de estar fabricados con materiales que no son biodegradables, por lo que la preocupación por su impacto ambiental es muy grande.
Si buena parte de las mascarillas localizadas en Soko proceden de vertidos de Hong Kong, ¿dónde van a parar las nuestras? De repente, nos hemos encontrado con una población de más de 45 millones de personas usando una o dos mascarillas por persona al día. Sin lugar a dudas, la cantidad de basura generada es impresionante. Facilitar una ‘segunda vida’ a las mascarillas y a los guantes responde tanto a una urgencia sanitaria como a un compromiso ambiental.