Estamos en la primera semana de aislamiento, el número de infecciones y muertes causadas por coronavirus (COVIT-19) crece visiblemente, y la esperanza es alcanzar el nivel máximo lo antes posible para luego pasar a la fase con tendencia negativa e iniciar la vuelta paulatina a la normalidad.
Afrontando largos días en casa, la convivencia forzada con toda la familia, la soledad, la sensación de no tener libertad, la angustia de no saber cuándo y cómo terminará esto, ejercen presión sobre la el cuerpo y la mente de todos nosotros, por esta razón los expertos de Mundopsicologos.com han preparado una lista de consejos para vivir mejor estos días de encierro.
Aislamiento forzado. Las consecuencias sobre el individuo
El aislamiento siempre ha jugado un papel importante en la vida del individuo. Pensemos en los prisioneros, que están aislados de la sociedad como castigo por un crimen, o los ascetas que deciden irse espontáneamente para conocerse a sí mismos y no estar condicionados por mundo material. Vivir en aislamiento puede ser alienante y requiere mucha autodisciplina. El estado de ánimo a menudo sufre, eres más susceptible, corres el riesgo de entrar en mecanismos dominados por pensamientos negativos y perder el entusiasmo y la esperanza. Por esta razón, hay que aprender a vivir el aislamiento como una oportunidad para ponerse en contacto con la propia interioridad, sin temor y abandonando cualquier actitud crítica hacia uno mismo.
Convivencia más o menos forzada
Uno de los puntos críticos de este aislamiento se refiere a la convivencia en el hogar las 24 horas del día, por tiempo indefinido, con personas que son nuestra familia, pero con quienes a menudo no compartimos más que la hora de la cena y después de cenar. La rutina nos lleva a encontrarnos por la mañana, intercambiar dos palabras rápidamente y luego cada uno toma su camino. Nos reunimos por la noche y nos encanta poder compartir alegrías y preocupaciones personales o intercambiar opiniones sobre los temas de actualidad.
Pero, ¿qué pasa si esto se convierte en la totalidad de nuestra jornada? El cambio es fuerte y no siempre es indoloro. En primer lugar, no debemos sentirnos culpables si no nos soportamos o si queremos estar solos, es normal querer momentos para uno mismo, así como es normal que compartir un espacio cerrado y limitado durante semanas ponga a prueba nuestra paciencia. Esta sensación de impaciencia no tiene nada que ver con el amor, con la armonía de las parejas o las familias, y lo más probable es que desaparezca con la pandemia. Es una prueba difícil que se superaremos juntos. Y si en cambio una pareja durante este período se da cuenta de que hay demasiadas incompatibilidades y el amor no es suficiente, será una excelente oportunidad para mirar la realidad con nuevos ojos y actuar en consecuencia.
Miedo a lo que conocemos, angustia hacia lo desconocido
La sensación de desconcierto e incomprensión que uno siente en este momento va más allá del miedo, el miedo es un estado que caracteriza lo que se conoce y se teme, mientras que la angustia es típica de lo desconocido. Cuando nos enfrentamos a una situación crítica, cuyo alcance se desconoce y las consecuencias no se pueden predecir, entonces es angustia.
El sentimiento de angustia no es fácil de manejar, porque sus fronteras no se pueden delimitar y está dominado por lo desconocido, por esta razón es importante darse cuenta de ello y encontrar herramientas que permitan superarlo.
Consejos para vivir la reclusión de la mejor manera posible
- Pero no solo a través de las redes sociales. En estas semanas tenemos mucho tiempo para llamar y hacer videollamadas con quienes no solemos contactar, cuando andamos atrapados por la rutina. Estos contactos serán una panacea para nuestro estado de ánimo.
- Aprende que la cercanía no solo consiste en quedar sino también en preguntar ¿cómo estás? Los que se encuentran lejos de nosotros a menudo no necesitan nada más que un mensaje para sonreír. Esto es lo que pasa en estas semanas de cuarentena: preguntar a los seres queridos cómo están es una forma de transmitirles ánimo y cercanía.
- Aprende a estar solo contigo mismo. Es una excelente oportunidad para practicar la soledad, al igual que los monjes. No olvidemos que hoy en día se paga para ir a un retiro espiritual y practicar el silencio. No hay que temer a nuestras propias debilidades. Por el contrario, sólo escuchándolas y entrando en contacto con ellas podrán resolverse.
- Haz movimiento. Si tienes la bicicleta estática o la cinta de correr, ¡aprovéchalas! y si no, hay muchos videos online para hacer ejercicio en casa. ¡Moverse es importante para el estado de ánimo!
- Ordena tu hogar. Un ambiente ordenado es bueno para la mente, también lo es encontrar tiempo para hacer cosas que seguimos posponiendo y que nos ponen nerviosos.
- Haz yoga y meditación. Las disciplinas orientales, la práctica de la respiración, ayudan a encontrar la paz y afrontar mejor las situaciones estresantes.
- Esta es una oportunidad perfecta para recuperar ritmos más humanos y aprender a escucharse y escuchar a los demás. No la dejemos escapar.
- Conócete mejor y dedicate a pasatiempos nuevos o abandonados. Puedes también dedicarte a tu formación, entre cursos online y actividades manuales, las posibilidades son infinitas.
- Pasa más tiempo con tus hijos. Siempre nos quejamos de que nos gustaría pasar más tiempo con nuestros hijos. Probablemente esta no sea la situación ideal, encerrados en casa y tal vez teniendo que trabajar. Pero ciertamente se puede encontrar una manera de organizarse para poder disfrutar de los más pequeños sin dejar de ser productivos.
- Cocina platos que te gustan. Uno de los placeres de la reclusión es disfrutar de la cocina y deleitar el paladar. En lugar de consumir sándwiches y alimentos preparados, este tiempo extra de aislamiento nos ofrece la posibilidad de consumir platos más saludables y nutritivos.