Cuatro jóvenes de Marratxí, de entre 15 y 20 años, participan en un proyecto pionero en el municipio que tiene como objetivo propiciar su inserción laboral y social. Los participantes empezaron el año pasado el aprendizaje del oficio de horticultor a través de un programa realizado por los educadores sociales del Área de Servicios Sociales y Familia del consistorio. Los jóvenes gestionan dos parcelas de 38 metros cuadrados, hasta ahora en desuso, de la Escola Vella de Es Pont d’Inca.
Todos se encuentran en situación de desempleo. Iñaki está estudiando educación secundaria obligatoria; Karifala y Carlos han seguido los programas PISE y PQPI para combatir el fracaso escolar, y Xisco, el mayor, ha terminado el grado medio de Jardinería de Formación Profesional, y dice que quiere dedicarse a eso.
La regidora de Servicios Sociales y Familia, Petri Galmés, asegura que “el huerto quiere ser una plataforma para acceder al mercado de trabajo por nuevas vías”. Para los educadores, como Joan Mercè, “no se trata de un huerto más, sino de un proyecto socioeducativo para llevar a cabo tareas de reinserción social. Es un punto de encuentro para relacionarse y realizar una actividad productiva”. Mercè añade que los educadores sociales “estamos a su lado y les apoyamos para que encuentren trabajo o para continuar con los estudios”.
El colectivo de jóvenes ha sido uno de los más castigados por la crisis, con tasas de desempleo que superan el 60%. Por medio de este proyecto, los participantes adquieren conocimientos de horticultura, al tiempo que se acostumbran al trabajo en equipo y participan en actividades de inserción laboral.
[colored_box color=»eg. green»]Un hortelano voluntario[/colored_box]
Félix Campanario es una de las claves del éxito de este proyecto. Está retirado y participa voluntariamente en esta iniciativa. Aporta sabiduría y los conocimientos necesarios para que el huerto ecológico salga adelante. “Pasé casi tres décadas en Honduras, trabajando en una empresa de algodón, pero aprendí el oficio de hortelano de mi padre”, explica. Campanario dedica su tiempo a cultivar la tierra y a transmitir su experiencia y colabora en tres huertos urbanos que impulsa el área de Servicios Sociales y Familia con diferentes colectivos.