¿Está la televisión atravesando una crisis similar a la que en su día atravesase la radio? ¿Está un soporte poco flexible y unidireccional obsoleto para las necesidades del presente? ¿Es posible una reconciliación entre este medio y las nuevas generaciones?
Hace ya años que está pregunta se ha convertido en capital para todos los estamentos de la televisión en España, productoras, cadenas y anunciantes han tratado sin éxito de acercarse a la población más joven, mientras asisten perplejos a las millonarias cifras de visionados de youtubers que, simplemente, se sientan en su dormitorio y hablan de sus cosas, preguntándose cómo es posible este éxito.
La web Cultture.com ha realizado un estudio para saber qué porcentaje concreto de la gente joven reconoce consumir diariamente más minutos de Youtube que de televisión pública o de pago. Para esta encuesta, se ha preguntado a una base propia de datos de 8.000 usuarios españoles, hombres y mujeres, con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, de los cuales han participado y respondido de manera válida 1.682 personas.
¿Ves al día más minutos de Youtube, televisión a la carta o de televisión tradicional?
- Youtube – 72%
- Otros – 1%
- TV a la carta – 7%
- TV tradicional – 20%
¿Qué es lo que menos te gusta de la televisión?
- Su programación – 47%
- No poder elegir qué quiero ver – 38%
- No poder interaccionar – 11%
- Otros – 4%
¿Te ves volviendo a engancharte a algún programa en televisión que te interese?
- No – 42%
- Sí – 51%
- NS/NC – 7%
Unos resultados muy llamativos que sirven para escenificar la deriva actual entre la población joven. Así como otro factor quizás aún más importante, el del monopolio de Youtube y Google como núcleo de vídeo e información online, ya que no podemos olvidar que estamos hablando de una única compañía como una categoría de medios en sí misma.
No resulta tampoco sorprendente, que si el siglo XXI se empieza a caracterizar por la inmediatez, la hiperconexión permanente y la aparición de nuevos canales recíprocos de comunicación virtual, es perfectamente lógico que medios tradicionales como radio y televisión vean menguar su influencia.
En el punto más optimista, la televisión como medio no se muestra demasiado estigmatizada a ojos de este segmento de población, que aún parece querer darle una oportunidad en el caso de que se sintiese atraída por algún programa concreto. La pelota quedaría ahora en el otro tejado, en sí las grandes productoras y cadenas aún están dispuestas a arriesgarse o ya han dado por perdida a estas nuevas generaciones de potenciales televidentes.