Finalmente los 195 países presentes en la Cumbre del Clima celebrada en París han llegado a un acuerdo y se han comprometido a poner sobre de la mesa objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, que serán revisables cada 5 años y al alza.
Así, en 2018, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático tendrá que hacer un informe explicando qué reducciones de emisiones de CO2 son necesarias para alcanzar un límite de calentamiento de 1,5ºC. El director general de Energía y Cambio Climático del Govern, Joan Groizard Payeras, considera acertada esta decisión y que el «mismo texto reconozca que con los compromisos de reducción concretos propuestos hasta ahora no se puede cumplir este objetivo».
Groizard ha valorado positivamente que el documento reconozca que los «países más desarrollados tienen que hacer mayores esfuerzos, tanto en reducción de emisiones como con los fondos para la adaptación al cambio climático y en la transferencia de tecnología en los países en vías de desarrollo». Asimismo considera importante que «preparar los planes de reducción de emisiones y comunicarlos sea vinculante».
Por el contrario, Joan Groizard lamenta que el acuerdo no plantee directamente la descarbonización de la economía ni haga referencia a los combustibles fósiles. De hecho, «solo hay una única mención a las energías renovables» cuando «consideramos que es imprescindible un cambio de modelo energético» en este sentido. Tampoco hay «mecanismos claros para obligar a que los objetivos de reducción de emisiones que presenten los países no sean suficientemente ambiciosos, ni para obligar en los países a cumplirlos. Es decir, que «esta parte no es vinculante». En la balanza negativa Groizard también coloca el que los derechos humanos hayan quedado fuera del articulado del texto cuando en versiones anteriores estaba previsto que se incluyera que la transición se tiene que hacer respetando los derechos laborales y humanos.
El acuerdo alcanzado en la COP21, aunque no es vinculante para Baleares, ya que lo firman los Estados que son quienes se comprometen a cumplirlo, afecta en el Archipiélago: los aumentos globales de temperatura de 2ºC o incluso de 1, 5 ºC «supondrán incrementos todavía más significativos en puntos como el Mediterráneo», que provocarán «más acontecimientos extremos». Por lo tanto, según Groizard, incluso si se cumple el acuerdo, «tendremos que poner en marcha planes de adaptación al cambio climático tal como tenemos planeado».
El director general de la consejería de Energía, Territorio y Movilidad detalla, desde París que, el artículo 5 del acuerdo dice que «las partes tienen que conservar y mejorar los imbornales y almacenes de gases de efecto invernadero». En la Comunidad Autónoma «contamos con masa forestal que tenemos la obligación de mantener y aumentar, pero sobre todo, unas praderas de posidonia que tenemos que proteger, mejorar y poner en valor».
Otro de los temas que afectan a las Islas Baleares y que «no se ha debatido mucho» es el de la aviación y el transporte marítimo que, finalmente no han quedado incluidos de «manera explícita en el acuerdo» pero que «tendrán que formar parte de cualquier plan de reducción de emisiones de CO2». Por último, Joan Groizard considera que «tenemos que acelerar la integración de energías renovables y reducir nuestra dependencia de combustibles fósiles, sobre todo los más contaminantes como el carbón y el fuel».
Hay que recordar que el acuerdo adoptado en la COP21 tiene que ser ratificado, ahora, por cada Estado comprometido y entrará en vigor cuando 55 países que representen el 55% de las emisiones mundiales lo firmen.
