El Ayuntamiento, desde el pasado 2 de diciembre, está organizando una serie de visitas a Sa Refinadora, situada en el Pont d’Inca, conocida también como Sa Garrovera o Sa Farinera. Las visitas se realizan en sábado, y las próximas previstas son el 9 y el 16 de diciembre.
Estas visitas están guiadas por Francesc Valcaneras, gran conocedor de la historia de este emblemático recinto industrial, son en grupos de un máximo de 20 personas. Los interesados en visitar las instalaciones pueden solicitarla en el teléfono 971 797 624, perteneciente al Área de Cultura.
Estas antiguas instalaciones de Industrias Agrícolas de Mallorca son más conocidas por los vecinos como Sa Garrovera o Sa Farinera, aunque, según los historiadores locales, su nombre más correcto es Sa Refinadora.
El complejo industrial llevaban 30 años cerrado cuando fueron adquiridas por el Ajuntament en 2015 por 4.400.000€, con la intención de transformar esta infraestructura en un centro cívico, para lo que se recurrirá, según se dijo en su momento, a alguna de las líneas de ayudas para la rehabilitación de edificios de que disponen el Govern de les Illes Balears y el Consell de Mallorca.
Recordar que Sa Refinadora tiene una superficie de unos 5.500 metros cuadrados y figuran en las Normas Subsidiarias del año 1999 como suelo para hacer equipamientos.
El estado de las estructuras de las naves y edificios es mejor de lo que podría parecer, sobre todo teniendo en cuenta que la actividad de Industrias Agrícolas de Mallorca comenzó en 1.930 y finalizó en 1984.
El área de negocio que tenía Sa Refinadora, a pesar de lo que muchos piensan, no era la algarroba, si no la producción de alcohol con dicho fruto, también se fabricaba harina de algarroba y goma de algarrobí, extracto utilizado en cosmética. La producción en los primeros años de Industrias Agrícolas de Mallorca, llegó a alcanzar el procesamiento de hasta 31.000 toneladas de algarroba.
Un dato importante que demuestra el volumen de producción de Sa Garrovera y el peso económico que tenía dentro de la industria de la isla, es que la fábrica contaba con un tranvía que conectaba directamente con el puerto de Palma, su misión era transportar los pedidos que debían ser cargados en barcos para hacerlos llegar a clientes de todo el mundo, incluso de Australia y Japón.
* Las fotografías que ilustran esta información pertenecen a la visita que el Ayuntamiento organizó para la prensa en noviembre del 2015, una vez adquiridas las instalaciones por el consistorio.