La iniciativa busca concienciar sobre las consecuencias económicas y medioambientales debido al mal uso de las toallitas de ámbito doméstico
FACSA, empresa concesionaria del suministro de agua de una parte de Marratxí, concretamente de los núcleos de Ca’s Capità, Ca’s Miot, Pla de Na Tesa, Son Ramonell, Ses Cases Noves, Sa Cabana, Son Macià, Pont d’Inca y Pont d’Inca Nou, ha iniciado, coincidiendo con la celebración del Día mundial de Saneamiento, una campaña de concienciación ciudadana que han denominado ‘El Caos de las Toallitas’. El objetivo es transmitir a los ciudadanos y ciudadanas la importancia de hacer un correcto uso de las toallitas húmedas para evitar grandes consecuencias en términos económicos y medioambientales.
La motivación que ha llevado a la compañía corresponde a que en numerosas ocasiones, el ciudadano actúa ante esta problemática cuando sufre una avería en su propio hogar. Y esto es sólo la punta del iceberg de un problema mucho mayor. Precisamente este símil con el iceberg, es que el FACSA ha querido reflejar en su imagen de campaña, pudiendo ver así de una manera gráfica y directa, los efectos que hay detrás de arrojar las toallitas en el inodoro en lugar de en la papelera.
‘El caos de las toallitas’ busca por tanto, modificar en la población general el hábito de tirar las toallitas húmedas al inodoro, concienciar sobre las consecuencias económicas y medio ambientales de la deposición errónea de las toallitas y modificar la creencia que la mayoría de ellas sean biodegradables con el agua a pesar que lo indique el propio ‘packaging’.
Una problemática generalizada
La experiencia acumulada por instituciones y empresas gestoras de agua confirman que una gran parte de los millones de las modernas toallitas que se utilizan a diario en los hogares van a parar a los sistemas de alcantarillado y las estaciones depuradoras de aguas residuales y en última instancia al medio ambiente.
La acumulación de residuos de este tipo afecta a diversas partes del sistema de saneamiento, en especial, en las estaciones de bombeo o puntos de la red donde se impulsan las aguas residuales del alcantarillado hasta la depuradora para su tratamiento. Los problemas técnicos son más graves en las instalaciones que no disponen de rejas automáticas, y se producen sobre todo en días de lluvias intensas, ya que los restos acumulados forman tapones en las alcantarillas y estaciones depuradoras.
Pero las consecuencias también son medioambientales. Las toallitas están fabricadas con materiales plásticos que nada tiene que ver con la celulosa del papel higiénico, de hecho, están tejidos, por lo que no se deshacen en el agua. Además están impregnadas de aditivos que al entrar en contacto con el agua la contaminan y deben de ser tratadas en la estación depuradora. E incluso durante fuertes lluvias, pueden terminar en playas.