El Gobierno ha presentado el anteproyecto de ley para la reducción de la jornada laboral ordinaria a 37,5 horas semanales asegurando que la medida beneficiará a 12 millones de trabajadores y mejorará la productividad.
El Consejo de Ministros ha presentado el anteproyecto de ley para la reducción de la jornada laboral ordinaria a 37,5 horas semanales en promedio anual, sin reducción salarial. Esta reforma, que afectará a más de 12 millones de trabajadores del sector privado, busca mejorar la productividad, reducir el absentismo y garantizar el derecho a la desconexión digital.
Un avance histórico
La medida se ha desarrollado en el marco del diálogo social y cuenta con el respaldo de los sindicatos CCOO y UGT, que firmaron el acuerdo el pasado 20 de diciembre de 2024. Ahora, el texto será remitido a las Cortes para su tramitación parlamentaria tras la aprobación final en un próximo Consejo de Ministros.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha subrayado que esta reforma «no es solo una variable económica o laboral más, sino un proyecto de país para modernizar España». Díaz ha recordado que la última reducción de la jornada laboral en España se produjo en 1983 y, desde entonces, la productividad ha aumentado un 53%.
Impacto en la productividad y en la vida de los trabajadores
Según Díaz, trabajar menos horas sin afectar el salario permitirá una mayor eficiencia y bienestar social: «No se trata de echar más horas, sino de ser más productivos. Se ha demostrado que un exceso de horas en el puesto de trabajo disminuye la productividad».
Además, la norma tiene un fuerte impacto de género, beneficiando especialmente a las mujeres, quienes suelen asumir una mayor carga de trabajo no remunerado en el hogar.
Nuevas regulaciones
El proyecto de ley también incluye una reforma del control horario con la implementación de un registro digital y remoto. «España es un país donde se realizan tres millones de horas extraordinarias a la semana sin remunerar», ha señalado Díaz, destacando la necesidad de esta regulación.
Por otro lado, el derecho a la desconexión será clave para garantizar el equilibrio entre la vida personal y laboral. «Ningún trabajador tendrá que responder a un correo o una llamada fuera de su jornada laboral. La conexión permanente causa daños en la salud mental y genera estrés crónico», ha enfatizado la ministra.
Esta reducción de la jornada laboral forma parte de una serie de reformas impulsadas por el Gobierno para mejorar las condiciones de trabajo en España. Desde el Ejecutivo, han insistido en que se trata de una medida que democratiza los beneficios económicos y fomenta una mayor igualdad en el ámbito laboral.