La presidenta del Govern, Francina Armengol, y el vicepresidente y conseller de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática, Juan Pedro Yllanes, junto con el director general de Memoria Democrática, Marc Herrera, han asistido hoy al acto de entrega de los restos de Miquel Pasqual Quetglas a su familia. Al acto también han asistido Bàrbara Rebassa, alcaldesa de Alcúdia, la regidora Aguas Santas Lobo y, en representación de la Comisión de Desaparecidos y Fosas y de la Asociación Memòria de Mallorca, Maria Antònia Oliver.
Los restos de Miquel Pasqual Quetglas fueron localizadas en febrero de 2021, junto con los de Bartomeu Matas Alemany y Jordi Colom Estarellas, en la fosa número 11 del cementerio de Porreres. Según los informes de identificación biológica elaborados por el laboratorio BIOMICs de la Universidad del País Vasco (Vitoria-Gasteiz), estas identificaciones se hicieron por vía patrilineal, es decir, a partir de muestras recogidas a familiares descendentes por vía paterna.
Hay que recordar que los restos de Miquel Pasqual Quetglas fueron localizados a partir de los trabajos que llevó a cabo el equipo técnico de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, dentro de la segunda fase de excavaciones y exhumaciones de las fosas del cementerio municipal de Porreres, incluida en el Plan de Fosas 2018-2019, aprobado por la Comisión Técnica de Fosas y Desaparecidos del Govern de les Illes Balears.
Miquel Pasqual fue detenido en septiembre de 1936 y fue encarcelado en Can Mir, junto con Bartomeu Matas Alemany y Jordi Colom Estarellas, de donde fueron sacados el 15 de enero de 1937 y asesinados en la Creu de Porreres, justo junto al cementerio, según informaciones aportadas por el historiador Bartomeu Garí.
La presidenta del Govern ha destacado que con «este acto de reparación, de justicia, de memoria» se está «dignificando a toda la sociedad». Armengol ha reivindicado que «solo los pueblos que conocen su pasado y que hacen justicia a su historia pueden proyectar su presente y su futuro», motivo por el cual desde el Govern «no dejaremos olvidar».
«El odio hace crecer el odio», ha recordado la presidenta, quien también ha asegurado que, ante la «reminiscencia que hoy en día hay y que nos recuerda demasiado a aquello que tanto dolor causó», el Govern continuará con «la lucha que iniciamos la pasada legislatura, desarrollando la Ley de Fosas y la Ley de Memoria Democrática».
Por su parte, el vicepresidente, Juan Pedro Yllanes, ha afirmado que «hoy cerramos un ciclo iniciado hace mucho tiempo que pone fin a más de ochenta años de espera. Un día en el que los derechos humanos, base fundamental de la democracia, se hacen efectivos por fin». «Hoy también es un día de recuerdo a todas las personas que el fascismo quiso hacer desaparecer y condenarlas al olvido. Como sociedad tenemos una deuda pendiente con la memoria democrática. Todavía hay mucho camino por recorrer, más fosas por abrir y más cuerpos por identificar y devolver a sus familiares. Quiero pedir perdón. Disculparme en nombre de todo el Govern y de las instituciones porque llegamos tarde, y demasiado tarde en algunos casos», ha añadido Yllanes.
Dieciocho identificaciones en Porreres
En el cementerio de Porreres el Govern de les Illes Balears ha impulsado diferentes campañas de excavaciones y exhumaciones que han permitido recuperar un total de 114 víctimas de la represión franquista —49 recuperadas en la campaña del año 2016, de la cual fue promotora la Asociación Memòria de Mallorca, y 65 durante las últimas excavaciones, hechas entre febrero y marzo de 2021.
De estas, 14 víctimas fueron identificadas y devueltas a sus familias a partir de los trabajos efectuados en 2016, y 4 de ellas durante el proceso de la segunda intervención, en 2021.
Miquel Pasqual Quetglas
Nació en Santa Maria del Camí y vivía en Alcúdia. «Le llamaban en Miquel de Mestre Jordi. Casado. Trabajaba el campo y nunca prestó atención a las cosas de la política», según la información recogida en el Diccionari vermell de Llorenç Capellà. Su familia cuenta cómo el 12 de septiembre de 1936 unos falangistas lo fueron a buscar a una finca familiar y se lo llevaron a la prisión de Can Mir. A principios de enero de 1937, cuando su hija fue a llevarle ropa limpia, le dijeron que no volviera más porque «nunca más volvería a ver su padre». Murió asesinado en la Creu de Porreres en enero de 1937, a la edad de 50 años.
Al acto han asistido, además de los representantes del Govern, la alcaldesa de Alcúdia, Bàrbara Rebassa, junto con otros miembros del equipo de gobierno municipal, representantes de diferentes grupos parlamentarios y otras autoridades.