El músico Paul Zinnard, alter ego de Carlos Oliver, presenta su arriesgado tercer álbum al que ha titulado ‘Clean-cut and rude’, un trabajo que ha escrito y producido “en apenas un mes y medio” y que sale a la calle este 7 de noviembre.
“Casi vomité las canciones, y eso lo convierte en un disco arriesgado”, asegura el músico afincado en Madrid.
‘Clean-cut and rude’ llega tras ‘Songs of Hatred and Remorse’ (2010) y ‘Orbit One’ (2012) dejando de lado sus arreglos de cuerda y dando paso a un quinteto de rock americano que añade “más ritmo” a su sonido.
El concierto de presentación, para el que las entradas ya están a la venta, será el 19 de diciembre en la sala Sol de Madrid. Antes, el cantante, compositor y músico ofrecerá dos actuaciones preestreno en Toledo y Ciudad Real.
“Me gusta la idea de que cada trabajo nace de la frustración del anterior, para mí es algo muy cierto, y en este caso el disco anterior me había dejado ganas de más ritmo”, comenta Paul Zinnard, que comparte su sensación de que con su anterior disco “me había volcado en las emociones más pausadas y ahora tenía la necesidad de encauzarlas hacia los pies”. El cantante sorprende y arriesga con nuevo trabajo, que ha grabado en tres días, con formación de quinteto y prácticamente en directo, algo poco habitual hoy en día. Él pone su voz y su guitarra y le acompañan en el proyecto las cuerdas de Santi Guillén, el bajo de Miguel de Lucas, la batería de Cristian Chilo y el piano de Mauro Mietta, quien “aporta un sello personal muy importante”.
Como curiosidad, Zinnard escribió la mayoría de las canciones del disco utilizando la guitarra de Salvador Cardenal, un músico nicaragüense recientemente fallecido, y su mujer Marta se la prestó al español.
En este tercer álbum, Paul Zinnard ha pintado y vestido bien la reflexión (clean-cut) y la espontaneidad es grosera y sin maneras (rude). El músico ha recuperado este título de un viejo trabajo que nunca vio la luz y que grabó con otra formación que lideraba (The Pauls). Su idea, “acabar con la maldición”. Cortar por lo sano. Que no se queden letras en el tintero. Comienza un nuevo Paul Zinnard.
Sus letras aquí, cuidadas y cercanas, llevan a viajes y playas y hablan de guerras y amores a través del inglés de sus referencias musicales, los sonidos de raíz norteamericanos. “Aunque no haya sido consciente de querer contar algo en especial a la hora de escribir las canciones, creo que sí estaba buscando más felicidad; salir del todo de la introspección de los primeros trabajos y contar cosas simples sin sufrimientos”, explica el compositor, y lo ilustra con la última canción de Clean-cut and rude, que habla de pasar un día en la playa: “Creo que nunca había sido capaz de escribir algo tan sencillo, y para mí era muy necesario”.
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