Aunque fueron los militares los primeros en contratar cabinas sanitarias en vez de ir con la pala a cuestas cavando letrinas, las empresas del sector vieron mercado y necesidad de expansión, así que pasaron al entorno civil ofertándose para eventos, lugares públicos y constructoras.
El 70 por ciento de la actividad de estas empresas se lleva a cabo en Estados Unidos, de ahí saltó a Inglaterra y Alemania como medida de higiene y confort en las grandes concentraciones de gente y también en las obras.
Clifford Kretschmer es el administrador de Boxi Mòbil WC, y lleva en Mallorca desde 1997. Es ingeniero técnico en alimentación y por casualidad le ofrecieron la posibilidad de impulsar el alquiler y mantenimiento de sanitarios portátiles en Mallorca. “Me dijeron que era muy fácil y con muchas posibilidades porque aquí no existían los baños portátiles, y era cierto, pero también era cierto que nadie los quería. Fue bastante complicado pero conseguimos implantarnos poco a poco y normalizar el servicio. Ahora ya es normal que exista, de hecho es una exigencia legal”.
Comienza así el primer sistema de franquicias de la actividad para este mercado, implantando delegaciones independientes a través de una flota de ocho vehículos, “uno de ellos está en Ibiza, donde tenemos delegación, y también en Valencia, Paterna y Denia, y a través de Boxi Castellón damos cobertura desde Tarragona hasta Benidorm. La disponibilidad actual en Baleares es de unas 700 cabinas, la misma cifra que se baraja en la península”, explica.
Kretschmer asegura que, fuera de España, antes de comenzar una obra las cabinas ya están ubicadas, en cambio aquí si se llegan a colocar, que no siempre es el caso, muchas veces es cuando la obra ya está bastante avanzada. “Por ley, es obligatoria la disponibilidad de sanitarios en todas las concentraciones de personas y también en las obras o zonas de trabajo donde no haya baños”.
Para todas las ocasiones
Boxi Mòbil ofrece sanitarios portátiles habituales y para personas con movilidad reducida, estos de tamaño XXL que cumplen con la normativa ADA, que dice que la persona en silla de ruedas debe poder girar 360 grados dentro de la cabina, están a nivel del suelo, no necesitan rampa y tienen la barra abatible.
Los sanitarios para las áreas de recreo son de colores que se adaptan al medio en el que están, evitando así el impacto paisajístico. El modelo para obras es más robusto y funcional, independiente de la canalización y sólo necesita una base de 1’2 metros cuadrados para poderse colocar. Tiene un equipamiento práctico y cumple la normativa vigente para la seguridad e higiene en el trabajo sin pozos negros, sin obras y sin olores.
“Tenemos cabinas para hombre y mujer, depósitos de residuos que van por debajo del modulo de ducha o del sanitario, con una capacidad aproximada de 10.000 litros. También ofertamos depuradoras compactas que cumplen la estricta normativa europea, consiguiendo una depuración del 97, incluso del 98 por ciento. Para poder dejar correr el agua depurada debe estarlo como mínimo en un 95 por ciento. Nuestras depuradoras funcionan como un acuario, mediante oxígeno se consigue un proceso de oxidación que elimina los malos olores”, explica Clifford.
A mayor demanda, más empleo
El 80 por ciento de actividad se centra en la construcción. “Este último año se ha notado el ascenso, la recuperación del sector, aunque no hemos llegado a los niveles que teníamos ni se sabe si volveremos a ellos algún día, pero sí que se ha notado mucho. Y no solamente lo hemos notado nosotros, sino también el sector con el que estamos relacionados que tiene que ver con la construcción dice lo mismo, que el aumento es bastante importante. Esperamos que el año que viene sigamos en esta misma linea”.
El incremento de demanda en este sector realmente genera puestos de trabajo, “nosotros ya hemos aumentado nuestra plantilla” dice Clifford. “En verano siempre necesitamos personal de refuerzo porque tenemos servicios en playas y la limpieza puede ser hasta diaria, lo que implica más mano de obra. Así que por cada 100 cabinas colocadas necesitamos un nuevo operario y otra persona en oficinas, lo que supone un empleo y medio”.
En cualquier ocasión
Puede ser una obra particular, en casa, o la de una constructora. También una fiesta, o un evento merecen la seguridad y la higiene de unos servicios en condiciones. “Hay una diferencia de precios entre las cabinas para obras, que suelen ser de larga estancia, o las que se contratan para un día o un fin de semana. Podemos partir de 95 euros al mes más IVA con su mantenimiento semanal, o para eventos privados o populares desde unos 80 euros más IVA. De todas maneras siempre miramos de personalizar los presupuestos y adaptarlos a las necesidades del contratante”.
Clifford quiere “animar a la gente a que contrate estos servicios, pero también a que los exija porque siempre debe haber una cabina sanitaria disponible. Esto aporta un bienestar y una seguridad añadidos a las personas que están fuera de casa o lejos de un lugar con baños. Además, se evitan inconvenientes que pueden llegar a ser hasta graves, además de incómodos. Si montamos un evento en los que se sirve comida, en los que se sirve bebida, que no piensen que es un gasto, porque no hay nada mejor que un chiringuito con los baños al lado. La gente se quedará más rato, consumirá más, estará más cómoda. Y si además hay lavamanos a disposición de las personas que están manipulando los alimentos en el puesto, mejor, mayor salubridad”, explica Kretschmer.
Y tiene mucha razón, porque si estás en una Fira, en las fiestas patronales o en cualquier evento del tipo que sea, y la necesidad urge, tienes que buscar un bar (si lo hay), y hacer la cola correspondiente, así que terminas por irte a casa sin terminar el recorrido. De hecho, si no hay servicios a disposición de los asistentes a cualquier acto o evento, la persona que se considere perjudicada puede tomar represalias legales.