Cualquier buen chef sabe que un exceso de condimentos e ingredientes puede estropear su plato. Un buen productor de televisión debería ser consciente de que esta regla también se aplica a un programa o una serie. Pero parece que los responsables de ‘Gran hermano’ creen lo contrario, que cuantos más ingredientes añadan a su producto, más interesará, emocionará y sorprenderá. Los datos de audiencia de esta última gala dejan claro que no es así.
Y es que este jueves, la saturación total llegó a ‘Gran hermano’ comenzando por lanzar una repesca con los cuatro concursantes expulsados y metiendo en la casa a un nuevo participante. El resultado, mínimo de temporada con un 20,8% y, además, pierde el liderazgo en la franja de coincidencia con la serie ‘Velvet’ de Antena 3.
La gala, cuyo plato principal es la expulsión, optó por dejarla como mero entremés habida cuenta de que todo el mundo tenía claro que la que iba a abandonar la casa iba a ser Ivy. Por ello hicieron una cuenta atrás conjunta abandonando la idea de duelo entre dos. La mexicana superó el 60% de los votos y ya está fuera de Guadalix de la Sierra.
Por ello, quisieron empezar con el acelerador a tope y abrieron las puertas a un apartamento contiguo a la famosa casa para que convivan Maite, Raquel, Muti y Enrique hasta que los espectadores, en este caso por medio de la App que no se cansan de promocionar, voten.
La improvisación quedó patente una vez más en ‘Gran hermano’, un reality que funciona a golpe de ideas espontáneas, sin reglas escritas. Los espectadores pueden optar por meter a uno de los expulsados o por ninguno.
Mercedes Milà ya se curó en salud comentando que mucha gente está en contra de la repesca. Lo que se olvidó decir es que una repesca cuando el programa lleva a penas un mes resulta un movimiento prematuro y demuestra la poca confianza que se tiene en los concursantes que conviven en la casa.
Una repesca sobre todo tan inmediata es una burla a aquellos espectadores que se gastan el dinero en echar a los personajes con mensajes que cuestan más de un euro. La audiencia de este
Evidentemente Maite y Raquel son las únicas con opciones de entrar y ninguna de las dos son ahora mismo necesarias porque ya han cumplido su ciclo. Las dos son parte de la misma trama y su retorno simplemente será un obstáculo al devenir natural de las cosas entre Suso y Sofía.
Por otra parte, el nuevo concursante, Ricky, promete más de lo que seguramente va a ofrecer.
Otro tema delicado es el de que un concursante pueda convertirse en finalista abriendo una caja imposible que dejó el mago Jorge Blass. Esta posibilidad es otra burla a la audiencia, que se supone soberana para seleccionar a sus finalistas.
En cuanto a la inmunidad, que en esta ocasión fue a manos de Marina, se ha convertido en un elemento molesto. Esta vez provocó que los nominados fuesen Carolina, Vera y Niedziela.