El inicio de la trama se sitúa en la venta de combustible proveniente de países como Siria, Rusia e Irán pero cuya nacionalidad se altera en Turquía y Marruecos para que ya no conste como importado de regímenes con sanciones a la exportación.
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La Oficina Nacional de Investigación contra el Fraude (ONIF) y las autoridades de competencia han abierto una investigación a la llamada “mafia del diésel” por un fraude cifrado en 1.900 millones de euros anuales y que lleva operando en España más de un año.
Según ha publicado la Cadena SER, el inicio de la trama se sitúa en la venta de combustible, diésel principalmente, en países como Siria, Rusia e Irán pero cuya nacionalidad se altera posteriormente en Turquía y Marruecos para que ya no conste como importado de regímenes con sanciones a la importación. Esto es, se finge que se ha cargado, refinado y descargado el combustible en estos terceros países.
La diferencia de precios a la que lo venden después llega a ser en ocasiones de hasta 60 céntimos de diferencia con respecto al diésel legal, lo que termina haciendo que muchas gasolineras terminen adquiriendo este combustible fraudulento, a sabiendas o no, a una red de operadores “fantasma“.
Estas operadores son el eje sobre el que pivota la trama. Son intermediarias que venden el producto más barato que el legal —ya que incurren en fraude de IVA, biocarburantes y medioambiental— y a unos precios que incluso terminan amenazando a las gasolineras que sí compran el diésel no fraudulento. Según datos del sector, uno de cada cuatro litros que se venden de este combustible pertenece a la trama.
La sustancial diferencia entre adquirir el diésel legal o el fraudulento está provocando que las gasolineras que sirven el segundo puedan ofrecer a los consumidores finales precios más bajos, de hasta 60 céntimos por litro, lo que puede provocar que llenar el depósito salga entre 10 y 20 euros menos.
La ONIF ya ha empezado a enviar requerimientos a estaciones de servicio y operadores de los que sospecha que se están beneficiando de la trama. Hasta la fecha lleva unos 400. Así, comprar el diésel fraudulento a sabiendas supone un delito de “receptación“.
1.900 millones de euros
La Agencia Tributaria cifra este entramado como uno de los mayores detectados, con 1.900 millones de euros anuales defraudados. Y todo posible gracias a este triple fraude. El primero el del IVA: estas empresas existen durante un corto periodo de tiempo, compran el diésel, lo venden y posteriormente cierran, sin abonar nunca el 21% del impuesto a Hacienda. De aquí sale la mayor parte de la cantidad, 1.200 millones de euros.
En segundo lugar está el del biocombustible. Al no incluir este diésel fraudulento una cierta cantidad de biocombustible para reducir las emisiones de CO2 consiguen que sea más barato —a cambio de mayor contaminación—. Por este motivo la cifra está en torno a los 500 y 600 millones de euros más.
El último es el del fondo de eficiencia, una cuantía que deben abonar las petroleras por la contaminación que provocan, pero que las empresas de la trama no abonan. De aquí salen otros entre 60 y 100 millones de euros.