La quinta víctima, que no se encuentra en la fosa, podría ser Germà Ballester, cuya identificación, parece ser, será complicada ya que posiblemente se encuentre en un osario junto a bastantes más restos
Este martes, segundo día de las excavaciones que se están llevando a cabo en el cementerio de Marratxí para exhumar a cinco personas asesinadas por los franquistas al inicio de la Guerra Civil fueron encontraron tres cuerpos, ayer miércoles fue encontrada una cuarta víctima.
Los cuerpos, que fueron enterrados en agosto de 1936, han sido encontrados en dos fosas separadas, en una se encuentran 3 cuerpos y en la otra uno (ver video y fotos). Se está trabajando en una tercera fosa que está confirmado no tiene relación con la exhumación de la Guerra Civil y pertenece a un enterramiento “normal”. La quinta víctima, que podría ser el procurador palmesano, Germà Ballester Janer, al parecer, se encuentra en otro lugar del cementerio, ya que estuvo enterrada en una sepultura cedida por una familia del municipio, por lo que seguramente, y según los operarios del cementerio, se encuentre en un osario junto a los restos de otros cadáveres trasladados allí tras la limpieza que se hace habitualmente de tumbas para dejar espacio para nuevos enterramientos.
Según Almudena García, directora de la exhumación, en el caso de Germà Ballester, la identificación será complicada, ya que en el osario hay bastantes más restos que dificultarán la identificación, según Almudena García, la única posibilidad sería encontrar fragmentos del cráneo, que según la causa redactada en la época, tenía varios disparos.
En relación a la fosa que contiene los tres esqueletos, dos se encuentran boca abajo, algo absolutamente irregular en un enterramiento en un cementerio, aspecto que viene a confirmar que son las fosas que se buscan. Estos restos podrían pertenecer a Miquel Marquet Perelló, a Joan Cerdá Ensenyat y a Joan Genestar Torrandell, todos de Pollença, los dos últimos se sabe que eran pescadores, porque según describen las autopsias realizadas por entonces, las víctimas tenían tatuajes como, anclas, una barca…, muy típicos en esta profesión y coincide con la descripción de 2 desaparecido en Pollença.
Decir que tanto en el caso de Joan Cerdá Ensenyat y de Joan Genestar Torrandell, se está pendiente de poder localizar a algún familiar, para que por medio de la prueba de ADN, poder identificarlos con total seguridad.
Un dato importante que hay que tener en cuenta, es que hasta que no se demuestre la identidad de los cuerpos encontrados por medio de las pruebas de ADN, la exhumación se hace, en palabras de la investigadora Magdalena Jaume, «en base a hipótesis muy bien documentadas».