Plata pura, perla mallorquina, belleza ‘pret a porter’… Su alma de vendedora se combina con el talento de unos diseños que rompen moldes, diseños sensuales y estimulantes de alta gama que convierten en reina a la mujer que los lleva. María del Mar Reynés Pons, Karriemar, es una emprendedora autodidacta de 42 años que, contra viento y marea, convierte en joyas exquisitas los mejores y los peores momentos de la vida en femenino.
A los cinco años revendía en el patio del colegio sus regalos de Reyes, a los diez ya montaba coreografías con sus amigas en la playa para actuar ante los turistas y pasar la gorra después, ha trabajado más de ocho años en la Cartuja de Valldemossa, lo que le ha dado una excelente visión del extranjero y su demanda, de la joyería y sus posibilidades. “Con mi primer sueldo me compré un perfume, con el segundo una gargantilla de bisutería que terminó desmontada y rehecha, fue mi primer diseño. No sabía de dónde me venía esta pasión, y años después me enteré que mi padre, antes de trabajar en el sector náutico, había sido joyero”, dice. Mar tiene también un tío joyero, con lo que se confirma que ‘de casta le viene al galgo’.
Mar trabaja alta joyería en plata de alta calidad, alta joyería en plata pura sin aleaciones y con técnicas innovadoras, perla cultivada y cualquier material que caiga en sus manos: polímeros, arcillas poliméricas, cobre, bronce, cristal pintado a mano… “Se trata de moda y ‘glamour’, porque mis piezas están especialmente diseñadas con un estilo único. Quiero que la mujer se sienta bien, que se sienta joven y seductora, que se sienta fuerte y brille”, dice Mar. Sí.
Emprendedora también ante la vidaArtista autodidacta que poco a poco se va autofinanciando, esta valiente emprendedora en tiempos de crisis ha ido evolucionando en pos de las circunstancias. Después de tener su propia papelería tuvo sus primeros contactos con las joyas en una tienda cerca de la Catedral. Hace ocho años empezó a encontrarse mal, hace dos que los médicos diagnosticaron hiperlaxitud articular y desde entonces ha tenido que acomodar su arte a la evolución del problema.
“Pero soy consciente de todo lo que puedo hacer, de todo lo que me queda por dar, por diseñar, por crear. He tenido que ir ajustando los instrumentos y las herramientas, la técnica y la táctica, y supongo que deberé evolucionarlos aún más con el paso del tiempo, pero siempre mis diseños tendrán el sello de Karriemar, ya que tienen mi identidad y están creados para personas únicas y especiales”, explica.
Mar cuenta que, cuando quiso empezar con su actividad, “todo eran problemas. En Palma hice el mismo ‘Vía Crucis’ de todos los emprendedores, que van de ventanilla en ventanilla sin que nadie te aclare nada. Siempre terminaba con las mismas dudas hasta que desde el Ayuntamiento de Marratxí me remitieron a Unitiva. Gracias a ellos, al Centro Empresarial de Marratxí, y a su presidente, José Antonio, donde me trataron estupendamente, encontré el apoyo necesario y la dirección a tomar, porque cuando te encuentras sumida en la burocracia es imprescindible que alguien te tutele”.
Un gran artista que ha creído en ella desde el primer momento es Juan Waelder, creador y Comisario de Santiago de Chile afincado en Mallorca. El escultor Juan Waelder ha desarrollado un lenguaje propio, único y personal. Produce piezas únicas y de alta calidad en bronce, cerámica, hierro, cemento para particulares, interiores y complementos de arquitectura. Es escultor residente y Director-Curator de La Residencia Sculpture Garden, de Deià, Mallorca. “Es mi fotógrafo preferido, un gran hombre que siempre me ha impulsado a seguir creando y que, además de un gran amigo es un gran maestro”, dice Mar.
“Waelder me ha creado un catálogo maravilloso, la modelo es Lourdes Prat, casi una hermana para mí, entre los dos consiguen transmitir lo que yo pretendo con mis diseños”. Mar busca siempre que sus piezas sean únicas, las joyas certifican su autenticidad y la motiva la plata fina, la más fina, la que sólo se usa para hacer monedas, plata prácticamente 100 por 100 y que muy pocos, o ninguno, se atreve a modelar.
“La plata de ley es 925, la que yo uso es 999, aunque me gusta tocarlo todo y siempre con técnicas innovadoras. Mis obras son modernas, minimalistas, con pinceladas de color y de brillo… Recuerdo la primera pieza que vendí en mi primera feria, unos pendientes de bisutería, parte de una colección en la que no creía. Por eso he ido evolucionando hasta crear la alta gama”, relata Mar.
“No dibujo bien, pero en el momento en que me viene la inspiración todo sale solo. Siempre estoy tomando apuntes y referencias, porque yo creo mi propia moda”, dice. Y sí. Sabemos que a los artesanos no se les da el lugar que merecen, también sabemos que cualquiera se cree artista. Mar es ambas cosas, una artesana a tener en cuenta y una gran diseñadora que, precisamente por atípica, cree en ella misma, y brilla.
[colored_box color=»eg. red»]Karriemar
http//joyeriaexclusiva.weebly.com
karriemar@gmail.com[/colored_box]
Por Blanca Garau
Precioso reportaje que me habéis hecho y gracias por ser tan cercanos, ayer noche recibí la llamada de Juan Waelder y le encantó el reportaje que me habéis hecho, estaba emocionado por lo especial y buena gente que es y por mencionarlo que fue el que me hizo un book de fotos y de nuevo Volviéndome a dar todo su apoyo sobre mis diseños que desde el primer día cree en mi y en mis diseños, todo un hombre de éxito con una humildad inigualable y yo me siento muy afortunada de conocer gente como el, como Unitiva, Loudes y como vosotros los que estsis detrás de este magnífico periódico, muchas gracias de nuevo.