Cada vez más (seguramente debido a la dichosa globalización), podemos comprobar como la estética de la Navidad se ha visto influenciada con la inclusión de multitud de costumbres y elementos traídos, sobre todo, de países nórdicos y anglosajones, que se han ido acoplando (en algunos casos desplazando), a la celebración más tradicional de nuestra Navidad. Lo que para unos supone un enriquecimiento cultural, para otros es un peligro para la supervivencia de nuestras costumbres más arraigadas. Para muchos la Navidad marca una de las referencias y recuerdos más importantes de la infancia. Un elemento que sin duda ha contribuido a ello, es el tradicional belén, cada vez más difícil de encontrar en las casas mallorquinas y mucho menos representado con los elementos propios de nuestra tierra, sin camellos, sin desiertos, sin nieve…sin ‘caganers’.
Afortunadamente, aún quedan personas que luchan por mantener nuestras tradiciones, es el caso de Miquel Verdera, un vecino de Es Figueral que tras años de esfuerzo, trabajo y dinero, ha recuperado lo que es el auténtico belén mallorquín, en este caso un belén marratxiner, ya que en sus cerca de 10 metros de largo ha sabido plasmar toda la tradición y la cultura de nuestro municipio. Este belén es casi un trabajo antropológico, parece un pedacito del Marratxí de hace 100 años, y no es casual, ya que como nos dice Miquel, “el belén debe representar el paisaje y las costumbres del lugar donde vives”, algo que Miquel lleva a rajatabla, como ejemplo basta ver los regalos que portan los Reyes Magos, una jarra de barro, una ensaimada y como no, un siurell, sin olvidarnos del simpático mercado en el que no falta la venta de sobrasadas, ensaimadas, cocas de patata, empanadas, ollas de barro, siurells (ver fotos y vídeo). En el paisaje tampoco faltan las oliveras y el huerto payés que ha incorporado este año y que ha hecho que sea más grande que años anteriores.
Miquel, nos recibe en casa de sus padres, en Es Figueral, donde tiene montado el belén, y lo hace junto a su hermana Mª Angels, que es quien ha tenido la idea de ponerse en contacto con Diario de Marratxí para que el esfuerzo y el trabajo de su hermano no pase desapercibido y pueda ser apreciado por muchos marratxines y marratxineres a los que transportará (los que tengan cierta edad) a su más tierna infancia.
A la pregunta de como empezó todo, Miquel Verdera nos cuenta que fue con el ‘rescate’ de un belén muy antiguo de una tía suya que estaba muy deteriorado y que a raíz del nacimiento de su ahijado se animó a recuperar la costumbre de montar un belén en casa, circunstancia que le llevó a restaurar las antiguas figuritas y que hoy por hoy representan prácticamente el 50% del belén. Miquel asegura que para la restauración de las piezas antiguas le sirvió mucho el curso de cerámica que años atrás hizo, junto a su hermana Mª Angels, en s’Escorxador, en Pòrtol, nos destaca que la mayoría de ellas tienen nada más y nada menos que alrededor de 125 años. Hay que decir que el otro 50% de las figuras que componen este monumental belén están compradas, poco a poco y año tras año, en el puesto de una artesana de Marratxí que cada año se instala en el tradicional mercadillo navideño de la Plaça Major de Palma.
Algo que Miquel deja patente durante toda la conversación, es que todo el montaje está hecho con materiales reciclados, las casas están hechas de cajas de vino y de cava, las tejas están hechas con cañas recogidas en algún torrente, el tronco de las palmeras de piñas de pino, las hojas de plumas de gaviotas pintadas de verde, así como los arbustos y copas de árboles que son esponjas de mar, entre otros materiales recogidos durante los días libres que a veces dedica a la limpieza de playas. Hay otros elementos, nos comenta, que tienen cierta personalidad, como el búho, hecho por su ahijado que ahora tiene 5 años, un cuadro que hay en el interior de una de las casas, que es un sello de Argentina cogido de una de las cartas que su abuelo (que vivió allí algunos años), enviaba a su abuela, el pomo de una puerta es de un pendiente viejo, un tirador de otra puerta es un cierre de un joyero estropeado, y así sucesivamente.
Un detalle que ni Mª Angels ni Miquel quieren pasar por alto, es que si en Cataluña tienen ‘es caganer’, aquí tenemos la figura de un fraile escondido, un elemento que pocos saben que era tradicional en los belenes de Mallorca y que los niños, como en un juego, debían encontrar y que también se ha incorporado este año.
Mª Angels nos explica que, por primera vez, y teniendo en cuenta que es un belén privado montado en una casa particular, van a dejar que la gente que lo desee pueda visitarlo. Van a aprovechar esta circunstancia, como se hace en otros casos, para apoyar una causa, ellos han decidido que quien lo visite y voluntariamente, pueda colaborar con una asociación que se llama ‘Moixets de Cas Capità’ que se dedican a esterilizar y dar de comer a una serie de colonias de gatos del municipio.
Los interesados en visitar este espectacular belén pueden hacerlo concertando la visita a través del siguiente teléfono: 971 604 860. Miquel asegura que para próximos años y para facilitar su difusión, le gustaría que se pudiera exponer en algún lugar público municipal, como, por ejemplo, Sa Deixallería del polígono de Marratxí.