La mitad de los avisos por síntomas de ahogamiento registrados este año en las Islas Baleares han acabado con resultado de muerte. Concretamente, según datos registrados por el SAMU061, a lo largo de 2022 se han producido 47 avisos de los cuales 24 han acabado con resultado de muerte. En el caso de los niños que acaban ingresados en cuidados intensivos, destaca que en el 78 % de los casos no había supervisión por parte de ningún adulto en el momento del ahogamiento. Además, un 30 % de los avisos corresponden a menores de 7 años.
Hoy, Día Mundial de la Prevención de los Ahogamientos, es importante recordar que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños menores de 5 años son los que están expuestos a más riesgos y, en este sentido, la vigilancia y supervisión por parte de los adultos son vitales a la hora de evitar un ahogamiento.
Desde el SAMU061 alertan sobre la importancia de la prevención y que ninguna persona es inmune a sufrir este tipo de accidente. El perfil más habitual de los avisos que se reciben por síntomas de ahogamiento es el de un hombre, de entre 40 y 65 años. El 60 % de los casos se registran en las playas y el 25 % en piscinas. Una cuarta parte de los casos está relacionada con sustancias tóxicas y alcohol. El momento más frecuente es entre las 15 y las 17 de la tarde.
En el caso de los niños, de enero a julio de 2022, se han registrado 14 casos que corresponden a menores de 7 años, 2 de los cuales han perdido la vida. Según datos registrados en los últimos años en la UCI pediátrica del Hospital Universitario Son Espases, de la totalidad de los casos que llegan a la unidad de cuidados intensivos, el 73 % recuperó la normalidad; un 19,3 % murió y un 7,2 % sufrió una encefalopatía grave. En el 78 % de los casos no había supervisión por parte de ningún adulto en el momento del ahogamiento y un 74 % de los niños no sabían nadar de manera autónoma.
El ahogamiento es un problema importante de salud pública y una de las diez principales causas de defunción en niños y jóvenes en prácticamente todas las regiones del mundo. En este sentido, se producen 500.000 mil muertes cada año. A diferencia de otros traumatismos, la supervivencia está determinada casi exclusivamente por la atención prestada en el lugar del accidente y depende de dos factores: la rapidez con la que se hace el rescate en el agua y la prontitud con la que se practique la reanimación apropiada.
La Asociación Española de Pediatría recomienda seguir unas estrategias efectivas para la prevención. Entre estas destaca la supervisión o vigilancia de cualquier niño que esté cerca de cualquier entorno acuático; el cierre de todo el perímetro de las piscinas, las clases de natación y el aprendizaje de habilidades de supervivencia en el agua (es conveniente que los menores aprendan a nadar a partir de los cuatro años), el uso de dispositivos personales de flotación (no son recomendables flotadores hinchables) y el entrenamiento en reanimación cardiopulmonar (RCP).