Como cada año, con la llegada del otoño, la localidad mallorquina de Marratxí se prepara para celebrar su Feria de Otoño, una de las celebraciones más emblemáticas e importantes del lugar que se ha convertido en una esperada tradición veinte años después de su inicio. El primer fin de semana de noviembre se celebró la XX Fira de la Tardor.
En el evento, el principal objetivo es hacer visible y comercializar gran variedad de productos gastronómicos locales de temporada y de primer nivel, según afirmaban varios asistentes en las redes sociales, como champiñones, alcachofas, granadas, entre muchos otros, además de lucir su propia cultura y artesanía. Este año, se ha apostado por productos locales más ecológicos con el fin de promover la identidad de la población y una dieta equilibrada mediante una propuesta de actividades más participativas e innovadoras para los ciudadanos.
En esta vigésima edición se han citado comerciantes de diferentes ámbitos, desde la artesanía y gastronomía típica balear, pasando por comercios de ropa y calzado e incluso floristerías, librerías y música, entre otras muchas opciones que se han dado a conocer ofreciendo sus mejores productos.
En esta ocasión, la feria se ha visto afectada por varios encuentros deportivos importantes a nivel mundial que han sido televisados, y lo cierto es que alrededor de 6.000 mallorquines han dejado de lado esos eventos y se han echado a la Fira, haciendo ellos los pronósticos deportivos sobre cómo finalizaría la carrera de Moto GP de Malasia donde Marc Márquez consiguió la segunda plaza, a pesar de su leve caída, o el partido del equipo de la ciudad, donde el Mallorca fue derrotado contra el Valladolid.
La idea inicial era alargar el evento hasta bien entrada la noche, ya que miles de familias mallorquinas acudieron a la plaza Sant Marçal para disfrutar en familia y participar de las actividades que estaban preparadas, pero la mala climatología de lluvia y fuertes vientos que se desató obligó a cancelar todos los actos previsto para la tarde.
Las actividades que más destacan los ciudadanos por su curiosidad y diversión son muy diversas. Haciendo referencia a la gastronomía, se llevó a cabo un taller de Fang Cuina donde varios restaurante ofrecieron sus menús preparados con utensilios de cerámica y concienciando de los usos de este tradicional material, ya que se puede utilizar para otras muchas cosas aparte de cocinar, como en vasijas, vasos, cuencos o figuras para darle un toque más rústico a tu salón.
Otro de los puestos de la feria más aplaudidos está relacionado con la cultura local. La presentación del libro de las V Jornadas de Estudios Locales y la música en la principal Escuela de Música de Marratxí, supieron promocionarse para que más personas reciban la información de su funcionamiento y consiguió despertar el interés de muchos adultos y jóvenes.
Por otra parte, si haces vida normal como cualquier ciudadano seguramente habrás podido observar que en la televisión cada vez se nombra más la palabra Navidad, que los supermercados ya comercializan productos navideños desde hace unas semanas y que algunos centros comerciales y grandes empresas ya han preparado la decoración de esta esperada época que tendrá lugar dentro de poco más de un mes. Pues en la Feria de otoño tampoco quisieron pasar desapercibidos y desafiaron tanto a niños como a adultos a participar en un taller de decoración navideña, el cual tuvo mucha repercusión.
Una buena propuesta para incentivar la lectura en los más pequeños y también en los que ya no lo son tanto, ya que parece que el índice de lectores es bajo y sus beneficios son muy importantes. Por eso, se realizó este taller y con gran participación. Los que colaboraron podían construir maquetas de cartón de diferentes lugares de los cuentos populares más conocidos según como les dejaba llevar su imaginación; el lugar acabó con una montaña de esculturas de papel y cartón y otros materiales que fueron manipulados de diferentes formas y adornados de muchos colores.
Asimismo, para seguir desarrollando la creatividad de los asistentes, se llevó a cabo un taller de pintura sobre un gran mural utilizando las texturas de algunos elementos de la naturaleza; los más usados fueron las hojas de los árboles, ya que, al encontrarnos en la estación del otoño, estas se encontraban en el suelo al alcance de todos y también otros muchos. El principal objetivo era conseguir plasmar sobre el papel las texturas de diferentes objetos cotidianos.
Como en toda feria, la música en directo se hizo hueco para animar el ambiente y transmitir alegría y entretener a los que se dejaron caer por la plaza. Una charanga se encargó de darle ritmo a la feria con decenas de músicos con sus instrumentos que se paseaban por todos los puestos de actividades o comercios produciendo los sonidos más populares mallorquines.
También muchas asociaciones juveniles, políticas y deportivas, además de otros muchos ámbitos de Marratxí se hicieron eco y prepararon alguna actividad o simplemente informaban de sus proyectos para que el resto de la población conozcan sus objetivos y su forma de trabajo y así intentar conseguir nuevos asociados que estén interesados y compartan su manera de pensar y actuar.
No obstante, se puede asegurar que este pasado fin de semana la XX Fira de la Tardor de Marratxí ha sido todo un éxito, a pesar del temporal de fuertes lluvias y vientos que afectó a muchos puestos que tuvieron que cerrar y anular varias actividades. Aun así, las personas que participaron y que degustaron sus productos gastronómicos y participaron en los diferentes talleres aseguran que el ambiente fue muy positivo y agradable, y lo han calificado como una de las mejores propuestas para levantar del sofá tanto a niños como a mayores y para ir en familia o con amigos.
Después de tanto tiempo de dedicación y trabajo de los que han hecho posible que la XX Fira de la Tardor haya salido adelante, ha merecido la pena y muchos ya están pensando y con ganas de que la siguiente llegue y les deje el mismo o mejor sabor de boca.
