Durante 2016 se produjeron en Baleares hasta 113 “incendios forestales” afectando un total de 229,8 hectáreas de superficie, una cifra que está por debajo de la media de terreno forestal recorrido por el fuego en los diez últimos años (687,3 ha/año), pero por encima de la media de los años en que no se han producido grandes incendios forestales.
Son los datos que recoge el Servicio de Gestión Forestal de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca en el informe de balance de incendios forestales del pasado año.
Estos datos llevan a una calificación positiva de la campaña realizada habida cuenta de la sequía vivida, en algunas zonas severa.
Hay que destacar que los resultados han sido posible gracias a la rapidez y la eficacia de los medios de extinción y el comportamiento responsable y la sensibilización de los ciudadanos en materia de prevención.
En este sentido, las negligencias y las causas accidentales han provocado el 43% de los siniestros, un porcentaje por debajo de la media de los últimos diez años, que se sitúa en el 54%, mientras que el número de siniestros intencionados ha sido parecido, un 35%, y los causados por causas naturales, como los rayos, han representado el 11%.
Del total de los terrenos forestales afectados por el fuego (229,77 ha), la mayoría han sido masas arborizadas (86,12 ha, el 38%), seguimientos de matorrales y garrigas (76,2 ha, el 33%) y finalmente de pastos y cañizo (67,3 ha, el 29%).
Hay que remarcar que de los 113 siniestros, 18 (un 16%) se consideran incendios, es decir, han afectado más de una hectárea, y el resto, conatos. Este porcentaje más alto de conatos representa un repunte de la media, provocado, principalmente, por la sequía.
Por islas, destacan los buenos resultados de las Pitiüses, con 33 siniestros en Eivissa y 7 en Formentera, todos conatos. Eivissa ha alcanzado así unos resultados históricos de mínima superficie quemada, con 1,2 ha.
En Menorca, en cambio, se ha roto la tendencia estadística de los últimos años de escasas hectáreas afectadas, y aunque sólo ha habido tres siniestros (dos de los cuales conatos), el incendio de s’Arenal den Castell, en el término municipal des Mercadal, ha afectado a 36,7 ha.
Con respecto a Mallorca, ha sufrido el 62% de los siniestros (70), en los cuales se han quemado 189,9 ha, el 83% del total registrado en el archipiélago. Sólo nueve de estos incendios ya han representado un total de 159,83 ha afectadas. Son los dos que sufrió s’Albufera en el término municipal de sa Pobla, donde se registró un tercer siniestro en Can Cirer, el de Can Lleig en Escorca, el de ses Conques en Puigpunyent, el de son Bordills en Costitx, el del cementerio de Manacor, el de ses Comunes de Petra y el de sa Canova en Artà. Según las investigaciones de los agentes de medio ambiente y del SEPRONA, cuatro han sido intencionados (los de s’Albufera, cementerio de Manacor, ses Comunes y sa Canova) y el resto causados por negligencia, a excepción del que sufrió s’Albufera en septiembre, que se sigue investigando.
Con respecto al operativo de extinción de incendios, con el nuevo contrato de medios aéreos ha aumentado y mejorado en efectividad y potencial de extinción; destaca el avión anfibio de Eivissa, que ha sustituido el de carga en tierra y ha mejorado las ratios de descarga. La isla también dispone de una nueva base para el helicóptero, en sa Coma, que mejora la operatividad y permite utilizar a una brigada helitransportada.
En Mallorca, se ha añadido un helicóptero a los medios de extinción habituales y se ha trasladado la base norte de Son Servera a Petra, con lo cual la zona de Llevant ha quedado más centrada. Por otra parte, también se ha contado con el apoyo habitual de los medios aéreos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
En el 2016 ya ha sido completamente operativa la base aérea de s’Arangí, en la localidad menorquina des Mercadal. Además, por primera vez, se ha añadido personal helitransportado al helicóptero ya habitual en la isla.
Finalmente, seis cámaras de vigilancia han mejorado la red de vigilancia humana formada por cinco torres en Eivissa, dos en Menorca y once en Mallorca. El capital humano, formado por 350 personas, y las tareas durante el invierno para la prevención han sido clave para el éxito del operativo.