El informe «Derecho a la vida 2024» denuncia un récord histórico de víctimas en la Frontera Occidental Euroafricana según Caminando Fronteras.
El año 2024 ha sido el más dramático desde que se tienen registros en la Frontera Occidental Euroafricana, según revela el informe Derecho a la vida 2024, que documenta un total de 10.457 víctimas mortales. Esta cifra alarmante se traduce en un promedio de 30 muertes diarias, reflejando una crisis humanitaria sin precedentes. Entre las víctimas, se encuentran 421 mujeres y 1.538 menores.
La Ruta Atlántica: la más letal del mundo
Con 9.757 muertes, la Ruta Atlántica se consolida como el corredor migratorio más peligroso. En particular, el tramo entre Mauritania y las Islas Canarias ha experimentado un incremento significativo en las tragedias, situando a Mauritania como el principal punto de partida.
En el Mediterráneo, la Ruta Argelina es la segunda más mortífera, con 517 víctimas, seguida del Estrecho de Gibraltar, donde se registraron 110 muertes, y la Ruta de Alborán, con 73 fallecidos. El informe también destaca la desaparición total de 131 embarcaciones con todas las personas a bordo.
El informe denuncia que la omisión del deber de socorro, la priorización del control migratorio por encima del derecho a la vida y la externalización de fronteras en países sin recursos adecuados han sido factores determinantes en esta tragedia. A esto se suma la criminalización de organizaciones sociales, la arbitrariedad en los rescates y la extrema vulnerabilidad de los migrantes, que los obliga a lanzarse al mar en condiciones precarias.
Las mujeres migrantes enfrentan una situación especialmente crítica durante los cruces migratorios. El informe detalla episodios de violencia sexual, racismo, y deportaciones, además de condiciones extremas que las empujan a la mendicidad y la prostitución. Muchas mujeres procedentes de Senegal, Gambia y Mauritania huyen de conflictos bélicos y del impacto del cambio climático, mientras que otras llegan a Baleares tras atravesar Libia y Túnez, enfrentando esclavitud y feminicidios.
El informe alerta sobre el incremento de niños, niñas y adolescentes en las rutas hacia España, que sufren falta de protección y garantías legales. Estos menores, tratados como migrantes antes que como infancia, son blanco de discursos de odio y enfrentan graves vulneraciones de derechos. En Canarias, muchos menores no identificados como tales conviven con adultos en centros de acogida, exponiéndolos a situaciones de alto riesgo.
El informe también aborda las dificultades de las familias para localizar a sus seres queridos desaparecidos. Pese a algunos avances, persisten obstáculos en la presentación de denuncias y la toma de muestras de ADN, lo que revictimiza a las familias y las deja vulnerables a bandas extorsionadoras.
A pesar de estas adversidades, las familias se organizan en redes comunitarias para sortear las barreras y luchar contra un sistema que, según el informe, perpetúa una muerte sistemática en las fronteras.
Este informe es un llamado urgente a la acción para poner fin a esta tragedia humana y priorizar la protección de los derechos fundamentales en las fronteras.