Netflix acaba de estrenar la tercera y última temporada de la serie de misterio, aventuras y amor ‘Alta mar’, que se despide definitivamente de los espectadores con un virus letal a bordo.
Por Dani López.
Este viernes 7 de agosto, Netflix ha lanzado la tercera temporada de ‘Alta mar’, una producción de Bambú (Gran Hotel, Velvet, Las chicas del cable), que llega a su desenlace con los últimos seis capítulos de la historia.
En plena pandemia del coronavirus, ‘Alta mar’ se despide con un nuevo misterio tejido precisamente alrededor de un virus letal.
El Bárbara de Braganza zarpa de nuevo y su último viaje será el más peligroso de todos. La búsqueda de un virus capaz de matar a millones de personas es el hilo argumental de la intriga que envuelve a los personajes con giros constantes.
Siguiendo la dinámica de las dos temporadas anteriores, la trama es una montaña rusa llena de sospechas, amenazas, engaños y muertes.
Eva Villanueva (Ivana Baquero) ha triunfado como escritora. Meses después de su última aventura es contactada por Fabio (Marco Pigossi), un espía que requiere de su colaboración para atrapar a la persona que va a introducir un potente virus en el barco.
Al subir a bordo, Eva se encontrará con Nicolas (Jon Kortajarena), aunque su historia quedará en pausa por motivos de la trama.
Pieza clave en todo el entramado será Carolina (Alejandra Onieva).
José Sacristán, Eloy Azorín, Daniel Lundh, Natalia Rodríguez, Ignacio Montes y Begoña Vargas retoman sus personajes. Entre los fichajes más destacados de la temporada están Cristina Plazas y Pep Antón Muñoz.
La historia se narra de manera frenética, sin dejar al espectador aliento para respirar. El ser únicamente seis episodios invita a verla del tirón, como una película larga. La trama está muy centrada en la intriga planteada y eso es positivo, aunque tratándose de una despedida final el cierre de los personajes que no están directamente involucrados en queda un tanto deslucido por mantenerse en un poco agradecido segundo plano. Es el caso de Sacristán, Azorín o Rodríguez, cuya presencia es bastante poco relevante en el devenir de los acontecimientos. Podrían no haber aparecido y nada hubiera cambiado. Es la parte más decepcionante para despedir la producción.
La historia de amor entre Eva y Nicolás, que había sido uno de los ejes en las dos primeras temporadas, queda muy deslucida. El poner todo el peso en el misterio ha dejado coja esta parte. No se aprovecha la presencia de la mujer, «presuntamente muerta», y se cierra de manera atropellada con una participación muy limitada de Jon Kortajarena.
Esta tercera temporada es totalmente alocada, tanto que hay que verla dejándose arrastrar por el frenesí de la trama y sin pararse a hacerse preguntas porque entonces, quizá nada tenga sentido. Son múltiples las preguntas sin respuestas, las inconsistencias y las decisiones tomadas únicamente para favorecer el misterio. De poco sirve preguntarse cosas como: ¿Cuál era realmente el plan de Ayala para hacerse con el virus? ¿Para qué necesitaba una doble de Carolina? ¿Por qué secuestran al capitán elegido para el Roncesvalles si su objetivo era quitarse de en medio a Nicolás? ¿No hubiera sido más fácil secuestrarlo a él en lugar de esperar a que fuera destinado al Roncesvalles para sustituir al capitán secuestrado? ¿Por qué recurren a traer a la esposa supuestamente muerta de Nicolás si luego la historia no se desarrolla?
‘Alta mar’ se despide como una serie fácil de ver, efectiva, de consumo rápido, pero que seguramente no quedará grabada en el recuerdo de los espectadores.