Pese a que el paro ha bajado un 4’2% en agosto respecto al mismo mes del año anterior las cifras respecto a julio de 2018 son peores
“La dinámica en Baleares es positiva, pero hay datos que debemos mejorar y que nos deben hacer estar alerta” asegura Jordi Mora presidente de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (PIMEM). Los datos del paro conocidos esta mañana han revelado que el paro ha bajado un 4’2% en agosto respecto al mismo mes del año anterior.
1.724 parados menos que en 2017, dejando un total de 38.627 personas en el paro. Unas cifras que a priori son “aparentemente buenas” de no ser por la subida que se puede apreciar si lo comparamos con el mes de julio de 2018, dejándonos con 1.384 parados más, un aumento de un 3’72%. “Seguimos sin saber contener las constantes variaciones que se producen durante esta temporada en el mundo del empleo, debemos investigar y obtener mejores respuestas de cara al futuro de nuestra comunidad” afirma Mora
El turismo es un punto fundamental de la economía de las islas y según PIMEM la temporada turística de la comunidad isleña está siendo “mucho peor que años anteriores” algo que lo que puede acarrear es que nuestra economía “este en un momento vulnerable. Según Mora “tenemos que estar atentos a estos indicadores porque pueden estar diciéndonos que la temporada turística del año que viene puede ser aún pero y en una economía como la nuestra sustentada por el turismo, puede ser un auténtico desastre”
Para el presidente de PIMEM “es preocupante la alta cifra de parados del sector servicio” que en baleares suponen más del 50% del número total de parados, con 27.661. “Necesitamos medidas concretas para conseguir reubicar y ofrecer mejores salidas a los parados de Baleares” explican desde PIMEM.
“Debemos conseguir mayor estacionalidad en los empleos que ofrecemos en las islas, estoy contento por el descenso de un 5’5% que ha habido de contratos temporales y por el aumento de un 13’8% de contratos indefinidos respecto a agosto de 2017” asegura Jordi Mora.
Para PIMEM atravesamos una etapa en la que el número de parados en Baleares “disminuye y aumenta de acuerdo a la estación en la que nos encontramos”, un hecho que debe obligar a la administración pública a buscar soluciones que beneficien a “obtener disminuciones más prolongadas y que además ofrezcan a los posibles empleados la capacidad de crecer y seguir formándose”.