Tiendas, comercios y grandes almacenes llenan sus escaparates con llamativos carteles anunciando grandes descuentos. Las rebajas de verano han llegado a Mallorca con el mes de julio para seducir al consumidor, que desea adquirir productos ahorrándose unos euros. Hay quien espera las rebajas como agua de mayo y ha aguantado toda la temporada esperando que la camiseta, el bolso o el televisor que tanto deseaba no se agotase antes de que llegasen los soñados grandes descuentos.
Desde la Dirección General de Consumo de del Govern se recomienda, un año más, tener la mente bien despejada y actuar con responsabilidad. Se recuerda que hay unos derechos y unas obligaciones que hay que respetar porque en rebajas no vale todo. Y a la hora de reclamar, la gran novedad es que desde el mes de abril se pueden presentar quejas a través del portalconsum <portalconsum.caib.es> sin necesidad de DNI electrónico.
La tentación de los precios puede ser grande. Hay gente que se deja embaucar por el simple hecho de ver que un artículo está a mitad de precio y por ello, desde el Govern se pide contención y pensar antes de comprar, que hay que adquirir solo los productos que realmente se necesitan. Por ello, se recomienda planificar las compras y hacer un listado antes de ir a las tiendas. Hay que ser siempre críticos con la publicidad y no dejarse llevar por mensajes engañosos o que incitan al consumismo.
Los consumidores tienen que solicitar información al comercio sobre si se aceptan cambios o devoluciones, puesto que el vendedor no está obligado a cambiar el producto si éste está en perfecto estado, a menos que así lo anuncie el propio vendedor. También es importante conservar los comprobantes de pago, etiquetas y garantías para poder utilizarlos en caso de tener que hacer una reclamación.
Respecto a las compras por Internet en periodo de rebajas, tienen vigencia los mismos derechos que cuando se compra de manera tradicional. Hay que procurar comprar en sitios virtuales seguros.
Por lo que se refiere a las obligaciones de los comercios hay que tener en cuenta que los artículos de la campaña no pueden haber sido adquiridos especialmente para la venta en rebajas; tienen que ser artículos que hayan estado a la venta antes a un precio superior.
Se debe indicar claramente el precio de venta anterior y el rebajado, o bien debe figurar el precio normal de venta y el porcentaje de rebaja que se aplicará en el momento de compra.
Los precios de venta tienen que figurar tanto en los escaparates como en el interior del comercio.
Las rebajas deben afectar al menos a la mitad de los productos ofertados en el establecimiento, sin perjuicio de que pueda anunciarse la de cada artículo en concreto, que deberá ser identificado y diferenciado debidamente del resto.
Los productos rebajados tienen que estar diferenciados de otros tipos de ventas a precios inferiores a los habituales, como los artículos en liquidación, saldos u ofertas especiales. En ningún caso los productos que se vendan en rebajas pueden ser “saldos”, es decir, artículos que presentan alguna tara o defecto en su fabricación.
El comerciante tendrá que aceptar los medios de pago habituales, entre los que se encuentran las tarjetas de crédito, no pudiendo cargar un porcentaje superior por el uso de tarjetas de crédito ni rechazar la compra por este sistema si es habitualmente utilizado en su comercio.
Los comercios indicarán que existen hojas de reclamaciones.