El próximo miércoles 17 de mayo está programada la subasta para la asignación del régimen retributivo específico a las nuevas instalaciones de energías renovables.
La cooperativa de consumo y producción de energías renovables, Som Energia, ha decidido “no seguir el juego al Gobierno” y no presentarse, a pesar de tener sobre la mesa unos 5 MW en proyectos fotovoltaicos que podrían estar funcionando, aseguran, a finales de 2017.
La cooperativa apunta a que “esta decisión es fruto de la evidencia de que la subasta, aunque pretende ser tecnológicamente neutral, no da las mismas oportunidades a las diversas tecnologías y favorece claramente a la eólica frente la fotovoltaica. Hacer subastas para cada tipo de tecnología respondería a una mejor planificación energética”.
Otro motivo importante para Som Energia, es el hecho de que beneficie a los proyectos más grandes frente a los pequeños, “ya que las ofertas con más MW tendrán prioridad en el momento de la casación. Este hecho no promueve un modelo de generación distribuida sino que continúa fomentando la concentración de la misma en grandes proyectos. Queda claro que no garantiza un equilibrio territorial ya que concentra todos los proyectos en las zonas de más recursos creando tensiones y diferencias territoriales, así como falta de eficiencia y pérdidas en el transporte y la distribución de la energía, entre otras desventajas”.
“En la misma línea, al igual que la anterior subasta, ésta es también marginalista y las ofertas adjudicadas no obtienen el precio ofertado para cada una de ellas sino el precio marginal, aquel resultante del corte de la curvas agregadas de oferta y demanda. Esto hace prever que pase como en la anterior subasta y que el resultado sea que la retribución a la inversión sea nula o muy poco atractiva. No se entiende que se mantenga este sistema cuando ya se ha comprobado que no funciona y no asegura que los participantes ofrezcan un precio razonable en vez de hacer ofertas a la baja buscando entrar a toda costa en el proceso de casación”.
Som Energia denuncia que “las garantías de 60 €/kW son muy elevadas para los pequeños promotores. Además, los requerimientos de rating de las entidades que avalan este proceso de subasta alejan la posibilidad de utilizar banca ética para conseguir estos avales”.
Som Energia pide al Gobierno que, “tal y como se hace en otros países de la UE, se prevean unas reglas de juego específicas para los proyectos considerados comunitarios (REScoop.eu Community projects) o que se reserven unos megavatios para este tipo de proyectos para acceder a las ayudas por otra vía. “No queremos compartir calzada con los trailers, queremos un carril bici”.
Recordar que el año pasado Som Enerpìa puso en marcha una planta de 2MW fotovoltaicos en Alcolea del Río. Esta planta no tiene ninguna ayuda a la inversión pero se cree que debería poder optar a la subasta y así obtenerla para dar valor a la apuesta arriesgada que se hizo.
A pesar de las adversidades, Som Energia asegura querer continuar promoviendo nuevos proyectos (eólicos, fotovoltaicos y mini-hidráulicos). Con el crecimiento actual, se ha calculado que en los próximos 5 años, con el fin de cubrir el 50% de la energía comercializada, se necesitarán instalar 140 MW.