A final de temporada estival en 2018, el propietario de un establecimiento de Magaluf denunció un supuesto delito de daños en su local. El valor de los daños ascendía a 200.000 euros, dejando el local inutilizado temporalmente.
La investigación demostró como el delito denunciado había sido simulado con la intención de solicitar la indemnización al seguro. Los agentes evidenciaron cómo se reclamaron efectos y maquinaria que no existían en el lugar y el cobro de trabajos que nunca fueron realizados.
En el año 2017 el mismo local fue objeto un extraño incendio que también dejó inutilizado el establecimiento, tras dar parte al seguro fue indemnizado con 300.000 euros, hecho que pudo comprobarse como también habría sido intencionado y realizado con la única intención de cobrar el seguro, los guardias civiles observaron la existencia de facturas falsas, y deficiencias en los peritajes.
Por tales hechos se procedió a la investigación de dos peritos que habían actuado en ambos siniestros, en sus informes periciales se hallaron numerosas deficiencias y falsedades.
Finalmente se procedió a la imputación de dos personas más, estos serían autónomos encargados de realizar una serie de reparaciones, que nunca se llevaron a cabo, pero que fueron facturados y abonados por el seguro, trabajos que ascenderían a más de 120.000 euros.
Con la simulación de ambos siniestros el propietario del establecimiento, junto a los demás investigados habría logrado estafar más de 400.000 euros y estaba pendiente de recibir aún más dinero de la compañía aseguradora.