El Sindicato Médico de Baleares (Simebal), ha remitido una carta que le envió un compañero médico del centro de salud Martí Serra del Pont d’Inca, en la que denuncia las condiciones en las que tienen que trabajar los profesionales del centro.
Simebal lamenta que esta situación no solo se produzca en el centro de salud del Pont d’Inca, sino también en muchos otros de Baleares donde los profesionales se ven obligados a desempeñar sus tareas profesionales en unas condiciones impropias.
A continuación y por su interés reproducimos textualmente la carta que el médico envió al sindicato denunciando las condiciones en las que deben desarrollar su trabajo :
Hola, mi nombre es Arturo y soy un trabajador del centro de salud de Martí Serra, en el Pont d’Inca (Marratxí). Me gustaría advertir a pacientes del centro y población en general de que la elevadas temperaturas y el calor sofocante que padecemos en nuestro lugar de trabajo, y en mi consulta de urgencias en particular, no son una estrategia preconcebida para rebajar la demanda y el flujo de asistencia a nuestro servicio, sino que son fruto, no ya de la incompetencia (extremo, de algún modo, hasta cierto punto comprensible en el sentido de que todos, desde personas hasta empresas o instituciones, podemos intentar arreglar algo y fallar o encontrarnos con obstáculos de diversa índole,) sino, y esto es lo realmente grave, de la dejadez más absoluta por parte del ente finalmente responsable de nuestro servicio de salud. Y es que tener el aire acondicionado averiado desde el minuto 0 de calor de este verano (hablo de primeros de junio), y no preveer arreglarlo hasta finales de agosto (cuando las temperaturas, esperemos, sean ya bastante más piadosas), resulta, cuanto menos sorprendente. Y llegados a este punto, yo me planteo: las urgencias son urgencias, se atienden como sea, donde sea y con los medios que sea…; lo último en lo que vamos a pensar es en si hace calor o no, de acuerdo, es verdad; pero… ¿es de recibo para el paciente o, aún diría mas, es saludable para los enfermos, muchas veces de edad avanzada, con estados precarios de salud, someterlos a estas condiciones extremas de calor? ¿son, estas, condiciones adecuadas para desarrollar nuestro trabajo correctamente? Por no hablar de un asunto mucho mas mundano como el del olor a sudor tan sumamente desagradable que se concentra todas las tardes en mi consulta, que me avergüenza y por el que pido disculpas a todas las personas que hayan pasado por aquí y lo hayan sufrido (además de contribuir a él, no por culpa suya, por supuesto). Ah sí, se me olvidaba, como no todo podía ser negativo, nuestro Servei de Salut de les Illes Balears nos envió hace un par de semanas una especie de máquias portátiles de aire acondicionado que, algo enfriarían si no fuese porque nos vemos obligados a tener apagadas la mayor parte del tiempo por el ruido infernal que hacen, y que impiden ya no auscultar a los pacientes, sino escuchar sus demandas y hablar con ellos…, en fin. Así las cosas, no quisiera yo caer en el conformismo y la manida sensación de dejadez y resignación que parece rodear siempre a las «cosas que son de todos», a los servicios públicos, sobre todo tratándose de sanidad y de la salud de las personas (primero paciente y luego trabajadores), pero me lo están poniendo realmente difícil… Al final va a tener razón Neruda cuando decía aquello de que «tantas cosas que nadie rompe…pero se rompieron»…, y nadie arregla (añadiría yo, con el mayor de los respetos al poeta). Salud!