Cada año, desde 1999, el 25 de noviembre se celebra un evento fundamental para el progreso de nuestra sociedad: el Día Mundial contra la Violencia de género. De hecho, a pesar de los grandes avances logrados en el campo de la igualdad, las mujeres siguen encontrándose a menudo en situaciones de disparidad, sumisión y violencia, ya sea física o psicológica.
Junto a la Dra. Montse Marsà de Mundopsicologos.com analizamos las dinámicas sociales y psicológicas que se crean en torno a los casos de violencia de género. ¿Qué pasa en la mente de la víctima y del agresor? ¿Por qué las mujeres no denuncian? ¿Cuáles son los mecanismos psicológicos que se esconden detrás del miedo de quienes callan y aguantan? ¿Cómo reconocer y contrarrestar la violencia psicológica?
Solo a través de gestos efectivos como la denuncia, la escucha activa y el trabajo formativo dirigido a las nuevas generaciones, será posible desquiciar mecanismos milenarios y dar a las mujeres la dignidad que se merecen.
Cuáles son las señales que indican que una mujer es víctima de violencia de género
«En una mujer víctima de violencia de género puede observarse un cambio paulatino o repentino de conducta por parte de ésta y percibido por su entorno. Va alejándose del entorno, pone excusas , se observa miedo e intimidación por parte de la víctima, hay un silencio ante las preguntas del entorno que tienen que ver con el agresor, observamos moratones, golpes o percibimos señales de violencia física que la víctima quita importancia o da explicaciones que podrían resultar falsas, defiende o justifica las conductas físicas o psicológicas que el agresor tiene para controlarla y normaliza conductas del agresor que llaman la atención (control del móvil, de la ropa, infinitas llamadas cuando está fuera de casa, se mueve por exigencias de su agresor, etc).»
Ante situaciones concretas o dudas, disponemos del teléfono gratuito 016, un servicio público donde se atienden consultas y se provee de información a las víctimas y a su entorno. Así, en general, es como se manifiesta:
- Violencia justificada por la simple pertenencia al género femenino
- Lenguaje sexista
- Desigualdad entre hombres y mujeres
- Violencia que comienza en la mayoría de los casos de tipo psicológico
- Ofensas, amenazas y humillaciones
- Ataques físicos
- Agresiones sexuales
- Control constante y obsesivo
- Generación de sentimiento de culpa en la víctima
- Aislamiento social
Miedo y dependencia afectiva: por qué la víctima no se aleja de su agresor
«Si tenemos en cuenta las características o prototipos de agresores, las dinámicas son muy diferentes. Si estamos ante un agresor muy violento, el miedo se apodera de la víctima, se sienten intimidadas y eso las lleva a no alejarse y mantenerse en la relación. Es el miedo y la intimidación . Cuando en cambio estamos ante un agresor menos violento, el querer dar segundas oportunidades, las ideas o el modelo de relación de la víctima y el agresor, los hijos… pueden llevar a la víctima a mantenerse en la relación o tomarle más tiempo decidir irse de ella y separarse.»
¿Por qué no se denuncia? «El paso de denunciar es un momento muy importante. El prototipo del agresor y las características personales de la víctima pueden llevar a que el problema sea silenciado por el miedo a las consecuencias y el cómo este paso puede influir en el entorno . En ocasiones además, la falta de información, el juicio del entorno, el no conocer los recursos de los que disponemos tras la denuncia, siguen promoviendo el silencio de las víctimas.»
La violencia es un fenómeno transversal
«Podemos pensar que el perfil de una mujer víctima es aquel con recursos socioeconómicos bajos, con una formación básica… Pero la realidad es que cualquier mujer puede ser víctima de violencia de género y en cualquier rango de edad. La violencia de género no distingue clases económicas ni de formación intelectual. Por ello es tan importante la educación, que formemos a nuestra sociedad en dinámicas saludables de relación, en la aceptación de las emociones, en la expresión de lo que sentimos, en la igualdad de derecho, evitando el juicio y aprendiendo a escuchar.»
Aumenta la toma de conciencia, aumentan las herramientas para elaborar técnicas terapéuticas
«Estamos en una sociedad en la que poco a poco vamos tomando conciencia de las diferencias de género. Esto permite que los pacientes tengan a su disponibilidad información , recursos públicos y privados, y que puedan rodearse de personas que pasan por lo mismo. Formar parte de un grupo y sentirse acompañado como paciente puede llevar a un mayor empoderamiento y una actitud proactiva de cambiar la dinámica entorno a la violencia, permitirse la ayuda externa, denunciar y tomar medidas. A los psicólogos toda esta información y verbalización, nos permite tener más herramientas y poder elaborar técnicas terapéuticas para ayudar a los pacientes. Nos ha llevado a una mirada más teorizada y entender lo que les ocurre a las víctimas de violencia de género.»
La violencia psicológica. Cómo reconocerla y cómo combatirla
«La violencia psicológica es aquélla en que la consecuencia directa no parece ser un riesgo para la integridad física (como sí lo supone la violencia física) pero que sí que influye y resulta una amenaza para la salud mental. La caracterizan conductas que llevan al control de la víctima de una manera explícita o implícita y que influyen en el bienestar emocional. Lleva a la víctima a una posición de inferioridad y sumisión , baja autoestima, a sentir miedo y ansiedad , a evitar comunicarse y expresar su opinión para no escuchar los insultos o humillaciones, a sintomatología asociada a un trastorno del estado de ánimo o de ansiedad, culpa y síntomas somáticos entre otros.
Dependiendo de la gravedad de la violencia psicológica disponemos de unos recursos u otros: desde terapia de pareja (cuando esta violencia está en el ámbito de pareja y ambos quieren erradicarla y transformar la relación de pareja), a apoyo psicológico para la víctima y la denúncia . Como en todos los casos, “la revelación del secreto” es imprescindible para activar todos los recursos públicos y que todos los profesionales puedan intervenir en el caso».
Cuando existe violencia machista o de género extrema “la terapia de pareja” está contraindicada dada la asimetría de poder que la constituye. El camino es terapia individual para cada uno/a,